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Monjas on-line para Valdediós

El carisma de la priora Olga María, muy activa en las redes y con blog propio para atraer vocaciones, ha hecho famosas a las carmelitas samaritanas

La madre Olga María del Redentor. FACEBOOK

Villaviciosa espera con los brazos abiertos la llegada de las hermanas Carmelitas Samaritanas del Corazón de Jesús al monasterio de Valdediós, deshabitado desde que el 30 de junio de 2012 lo abandonara la comunidad de San Juan. El Arzobispado de Oviedo confía en poder concretar la fecha del desembarco pronto, aunque mantiene la cautela y la prudencia para que el plan no se vaya al traste, como otras ocasiones.

Pero, ¿quiénes son las hermanas Samaritanas? Son una comunidad de monjas jóvenes -la media de edad ronda los 32 años- que llevan siglos en Valladolid. Ellas quisieran seguir allí, pero un desahucio les ha obligado a cambiar de planes. Se han quedado sin monasterio poder han tenido que saldar su deuda con el banco y buscan casa. Esta treintena de monjas de clausura se instaló en el Paseo de Filipinios de Valladolid en 2005. Entonces eran Carmelitas Descalzas y se hipotecaron para comprar el cenobio vallisoletano del Corazón de Jesús y San José con la intención de vender el de Medina de Rioseco, de donde venía. Pero los planes les fallaron. No encontraron un comprador y se vieron con el agua al cuello. Así que han tenido que dar los dos inmuebles al banco como dación en pago. Se quitaron de encima la deuda pero también se quedaron sin monasterio.

Para esta comunidad, Valladolid supuso su gran impuso. Llegaron las nuevas vocaciones que en Rioseco no encontraban. Muchos atribuyen el mérito al carisma de su priora, la madre Olga María del Redentor. El uso de las nuevas tecnologías y mantenerse en contacto con el exterior a través de una gran actividad en las redes sociales ha sido clave para llegar hasta nuevas jóvenes, que han sentido la llamada religiosa. Son chicas con estudios: hay ingenieras, periodistas o doctoras. Así se ha recogido en alguna ocasión en la prensa nacional, atraída por el impulso a las vocaciones de esta orden en tiempos en los que precisamente pasa todo lo contrario.

Su llegada a Valladolid también les supuso un gran cambio gracias a la maduración espiritual de un carisma propio, el de Carmelitas Samaritanas, que comenzó en 2001. Lograron la bendición del Papa, cambiaron de hábito y se constituyeron como nuevo Instituto de Vida Contemplativa. Está regido por una priora general dependiente directamente de la Santa Sede y tiene una vinculación espiritual con la orden del Carmelo Descalzo. En la carta que la priora dirigió al prepósito general, frailes y monjas Carmelitas Descalzos en noviembre de 2014, destacó: "Se trata, en definitiva, de un nuevo carisma, que tampoco es totalmente nuevo. Seguimos siendo hijas de Santa Teresa de Jesús, afiliadas al Carmelo Descalzo, pero entendemos que tenemos que vivirlo de una manera nueva, y que ello también tiene que tener su propia plasmación jurídica, incluida la indumentaria".

Dieron un paso significativo cuando en junio de 2012 viajaron a Roma para explicar su idea, que está en sintonía con la nueva evangelización por la que apuesta la Iglesia. En sólo tres años pasaron de 16 a 27 hermanas. Actualmente rondan la treintena.

Este nuevo carisma teresiano, explica la Madre Olga María, "consiste en donar y hacer más accesible la riqueza espiritual de su vida en comunidad. Las Carmelitas Samaritanas no sólo oran por las personas, sino también con las personas". De ahí que se comuniquen con el mundo a través de sus cuentas en Facebook y Twitter. Incluso, tienen un canal de Youtube, en el que también cuelgan algunos rezos por si alguien se los ha perdido y quiere compartirlos. La priora tiene un blog en el que plasma sus reflexiones y que es muy seguido. Tienen publicados libros y discos. Venden formas y artesanía a través de www.elbazardelconvento.es. Además, ofrecen la posibilidad de vivir quince días de clausura a para su discernimiento vocacional. Las samaritanas serán la primera orden femenina que habite Valdediós, de tradición cisterciense. Una comunidad joven, dinámica y de clausura, que devolvería la vida monástica al cenobio.

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