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Angelines Jiménez, Jesús Serres, Inmaculada Martín y José Manuel García, ayer, en Valdediós.MARIOLA MENÉNDEZ

Los Corazones Samaritanos crecen

"Es un regalo para la diócesis poder contar con vosotras", les agradeció el arzobispo de Oviedo a las monjas de Valdediós

"Es un regalo para la diócesis poder contar con vosotras", les dijo el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, a las Carmelitas Samaritanas, a las que les encomendó llenar "de alma este cuerpo", en referencia al monasterio de Valdediós, que habitan desde hace poco más de dos meses y en donde ayer se les dio su bienvenida "oficial".

"Se espera de vosotras lo que sois, monjas contemplativas". Es decir, que desde "el silencio, que no mutismo" y "la soledad, que no es aislamiento," se encarguen del cuidado del cenobio maliayés, pero también "la acogida de los hermanos y hermanas que aquí vienen heridos, sin esperanza...", apuntó Sanz. El arzobispo insistió en "dar gracias al Señor y a la Virgen por este regalo". Además, coincidiendo con que ayer era la festividad de la natividad de la Virgen, en Valdediós se festejó "el renacimiento de ese monasterio".

Fue una celebración muy importante para las Samaritanas porque era la primera vez que se reunían las 33 hermanas desde que una parte se instalaran en el cenobio en julio y la otra se quedara en Valladolid. También estuvieron arropadas por sus Corazones Samaritanos, una asociación laica que representa su carisma fuera de los muros del cenobio, en la sociedad. Estaban contentos porque además del encuentro y convivencia de estos días, "ahora empieza a haber Corazones Samaritanos en Asturias", explica Inmaculada Martín, que viajó desde Granada.

Otro de sus miembros, José Manuel García, de Sevilla, añadió que desean que "haya personas que quieran a las hermanas y estén cerca de ellas". Por lo que les satisface que en Asturias empiecen a surgir los primeros "Corazones Samaritanos". Uno de ellos es el del ovetense Jesús Serres. Angelines Jiménez se desplazó desde Ciudad Real para arropar a las monjas. Juntos estuvieron ayer por la mañana en Covadonga. Allí le cantaron a la Santina el himno de la Virgen y le dejaron un ramo de flores. Inmaculada Martín destaca que es la primera vez que juntas acuden a un santuario mariano y todos disfrutaron del momento.

El clero también quiso acompañar a las religiosas. La ofició el arzobispo, pero estuvieron presentes el vicario general, Jorge García Sangrador; el vicario de Oriente, Adolfo Mariño; el arcipreste de Villaviciosa, Gaspar Muñiz, y el párroco, Carlos Capellán, así como casi una treintena de sacerdotes. Hoy es otro día especial. A las 20 horas, las religiosas darán un concierto-oración en el que invitan a participar.

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