El patio del colegio de Posada ya no es como los demás, porque cuando llueve no se moja. Y es que la cancha del centro educativo está a salvo de las lluvias gracias a la cubierta instalada por el Ayuntamiento recientemente. Esta obra, que ha supuesto un desembolso para las arcas municipales de 202.449 euros, era una demanda histórica de los padres del alumnado que, a partir de ahora, podrá disfrutarla. La nueva infraestructura no sólo posibilita la celebración de actividades deportivas en días de lluvia, sino que también abre la posibilidad de ser aprovechada durante recreos y fiestas.

La cubierta instalada es metálica, en chapa de acero prelacada. En cuanto al cierre lateral parcial, se ha recurrido a un cierre compuesto por placas de acero multiperforadas y acabadas en blanco que permiten una adecuada iluminación a la pista y a la vez confieren un mayor resguardo de las inclemencias meteorológicas. En este sentido, este material también permite una mejor percepción del entorno exterior en el que se encuentra la pista. Además, también se ha repintado y renovado el firme de la pista.

La remozada cancha fue visitada ayer por el alcalde, Gerardo Sanz; el concejal de Obras, José María Vega; la concejala de Educación, Susana García, y la directora del colegio de Posada, Mercedes Velasco. Todos ellos reconocieron sentirse "satisfechos" con el resultado de los trabajos y con poder "dar solución a un problema continuamente demandado por los padres de los alumnos".

El coste de la cubierta en la pista del colegio de Posada, así como en los de San Cucao y Lugo, donde las obras se realizaron en los últimos meses, fue afrontado íntegramente por el Ayuntamiento. El pasado octubre, el Pleno acordó solicitar el reintegro del importe de estas obras al Principado, un gestión que el Alcalde reconoció en una sesión plenaria que estaba "en trámite".