Los alumnos de tercero de la ESO del Instituto de Enseñanza Secundaria "Peñamayor", de Nava, aprendieron ayer a controlar sus emociones. Julio García Maribona, enfermo experto en pediatría, les enseñó cómo reaccionar cuando sienten ira, miedo, alegría o tristeza porque "es básico". Destaca que "el sistema educativo y la sociedad no inciden" en este asunto, y sostiene que, aunque los chavales "pueden acudir a la gestión externa" para conseguirlo -padres, profesores-, lo que necesitan son las herramientas para aprender a hacerlo solos. "Así tendremos una juventud más madura y sensata", dice.

Alumnos como Eva González Álvarez reconocieron que se fueron para casa tras haber aprendido a tener un mayor control. Cree que le servirá, sobre todo, en momentos en los que se encuentre "más alterada". Su compañero de pupitre, Nacho Arbolay, también se siente ahora más preparado para "controlar lo que siento y pensar antes" de actuar.

"No dejéis que las emociones os puedan. Hay que gestionar ese equilibrio", recomendó Julio García. Les dio una pautas. La primera, identificar las emociones y quitarles la parte peyorativa a algunas. Por ejemplo, la ira "también enseña a afrontar las cosas. Si se canaliza, puedes ser un gran competidor", razonó, pues emerge cuando uno se ve sometido a una situación frustrante o desagradable. El miedo es la anticipación a una amenaza, por lo que ayuda a evitar exponerse al peligro. También desmitificó la tristeza porque "es la gran emoción de los grandes creadores y no tiene nada que ver con la depresión". Este sentimiendo ayuda a conseguir empatía con los otros y a conocerse mejor uno mismo al realizar un ejercicio de introspección".

Una vez reconocido el sentimiento, hay que detenerse, respirar y adoptar un pensamiento positivo para actuar como se crea conveniente, sin miedo al error. Después toca reflexionar sobre lo ocurrido. Estas charlas se encuadran en el Plan de Acción Tutorial, en colaboración con la Comarca de la Sidra.