El hostelero César Loredo pondrá esta noche punto final al negocio que desde hace 30 años se ha convertido en parada obligatoria en Pola de Siero, el Abre César. Corría el año 1988 cuando el empresario, animado por su hermano Valentín, decidió dejar su trabajo como camarero en la Bodega de Máxima y lanzarse a su propio negocio. Fue así como César abrió y nació el Abre César, creando lo que entonces sería uno de los primeros discobares o "chiringuitos", como le gusta a él decir, que poco después hicieron de la Pola la referencia del ocio nocturno de la región. "Al principio éramos cinco o seis, pero en torno a 1995 llegamos a ser 52 chiringuitos", recuerda el hostelero que ha visto pasar por su negocio a generaciones y generaciones de polesos.