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La espicha tira en Siero

"Antes la Semana Santa era sólo religiosa, pero ahora es festiva y eso ayuda", dicen los llagares que mantienen la tradición de la cata de la primera sidra

Arriba, José Manuel Arbesú echa corchos para embotellar, y a la izquierda, Ignacio Arbesú, espichando. M. M.

La primavera, además de la floración de los pumares, trae consigo las catas en los llagares de la primera sidra de la temporada. Es el momento de las espichas, y Siero es uno de los concejos donde más arraigo tienen. Las catas se acompañan con unas viandas para entonar el estómago.

En Tiñana cumplirán con la tradición, como vienen haciendo desde hace 20 años, de estas celebraciones en Jueves y Viernes Santo, enlazando con el fin de semana. Gonzalo Fanjul, de Sidra Quelo, en Tiñana (Siero), explica que "antiguamente el tonel era de madera y en lugar de grifo había una especie de palo de madera, que se llamaba espicha. Por eso se decía vamos a espichar un tonel...". Agrega que es en esta época, entre marzo y abril, "cuando la sidra ya empieza a estar fina, a coger acidez y a ponerse bien". Fanjul indica que ahora en Semana Santa "es la única vez al año que se abre para las espichas", aunque ahora se celebran en la sidrería, más que en el llagar, para comer con mayor comodidad. Reconoce que "tienen bastante éxito" entre el público.

Antiguamente las espichas se realizaban en la bodega a partir del 19 de marzo, coincidiendo con la festividad de San José. Hay que tener en cuenta que por aquel entonces la Semana Santa era una época de recogimiento en la que las celebraciones lúdicas eran impensables. Lo confirma el catador Mino Villarrica: "Antes la Semana Santa era sólo religiosa y ahora también es festiva".

En el llagar de Arbesú, en Santa Marina (Siero), siguen manteniendo la fecha de San José para celebrar su espicha anual. "Es la primera de Asturias", destaca Ignacio Arbesú. Indica que aquí espichan directamente desde el tonel y es "un fin de semana que se abre para degustar el tonel. Tenemos gente que lleva hasta 60 años probando".

Hace años, cuando se llegaban a acabar las existencias, era por esta fecha cuando se empezaba a embotellar. Pero actualmente, "hay sidra todo el año y se embotella también todo el año", explica Ignacio Arbesú. Antaño "se corchaba antes", para marzo, recuerda Villarrica. La más temprana era la "pixarra", que era la sidra elaborada con la manzana "del sapu", la que cae del árbol y primero se recoge. Aunque era de calidad algo inferior, "no quitaba que hubiera toneles ricos" y "se estaba esperando porque era la nueva", esgrime Villarrica.

La Sociedad Cultural y de Festejos de Santa Apolonia de Pañeda (Siero) aprovecha la tradición de estas fechas para organizar desde los años espichas el jueves, viernes y sábado de la Semana Santa para recaudar fondos para las fiestas del pueblo. Su presidente reconoce que "tiene mucha aceptación". Apunta que para acompañar la sidra no pueden faltar en la mesa pollo, fritos de bacalao, tortilla, huevo cocido, lacón, empanada, chorizo a la sidra, calamares ni parrochas.

Hay muchas expectativas puestas en la sidra de esta temporada. "Tiene muy buenos principios. Viene muy atrasada, por el frío del invierno, que hace que sea una fermentación lenta, pero es preferible. Viene sin dulces, como ocurrió el año pasado", analiza Villarrica. Cree que, en parte se debe a una manzana de mejor calidad. Arbesú también espera "buena sidra".

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