El deteriorado estado de la chimenea del Bayu sigue preocupando a los polesos. En agosto de 2013, la corporación sierense aprobó en un Pleno excluirla del catálogo urbanístico de protección para que su propietaria, la compañía HC Energía, pudiera proceder a su demolición, por el deterioro que entonces ya presentaba. Los informes técnicos alertaban del estado ruinoso del inmueble, junto a la transitada senda fluvial del Nora.
El tiempo ha pasado y la chimenea sigue en pie. Los polesos apoyan su permanencia, pero piden medidas de seguridad, porque en la parte superior se aprecia la rotura de algunos ladrillos y temen que puedan caer cascotes, ocasionando un accidente.
"Tenían que hacer el remate porque tiene una cimentación enorme y cuesta más tirarla que hacerle el remate", apunta Enrique Noste, que ayer al mediodía paseaba por la senda del Nora. "Fue una de las primeras industrias de la Pola y la primera que dio luz a la Pola y Noreña", recuerda, a la par que lamenta que no se haya conservado el edificio anexo, también en ruina y comido por la maleza. Achaca parte del deterioro del extremo superior de la chimenea a la acción de los cormoranes, que se posan en ella por su proximidad al río.
"Está muy mal y cualquier día caerá", manifiesta José Manuel Barredo, vecino de la Pola, que ayer paseaba por la zona con su nieta. Reconoce que es "un símbolo de la Pola", pero atribuye a la falta de financiación las disculpas para no evitar su ruina total. "Si cae un ladrillo y te pega... ¡es un peligro!, advierte, aunque reconoce que "es una pena que no se conserve". Calcula que "tendrá unos 150 años" e insiste en que "da pena verlo así", pero "está peligroso".
El buen tiempo de ayer animaba a disfrutar al aire libre, así que Maxi Sánchez salió un rato con su perro. "La veo igual siempre que paso", dice, y para ella también es "un elemento simbólico de la Pola". Agrega que "da pena que no se cuide y caiga".
El inmueble, datado a comienzos del siglo XX, es una muestra singular de patrimonio industrial de la localidad. Formaba parte de una fábrica de energía eléctrica. Junto a la chimenea están los restos de una segunda edificación industrial, igualmente en ruinas. La chimenea se descatalogó en 2013 por seguridad y se preveía su derribo para evitar un posible colapso.