El 95% de los sierenses tiene un buen concepto sobre su estado de salud, pues sólo el 5% tienen una mala autopercepción. Es una cifra inferior al porcentaje de la región, que es de 7,60, por lo que los asturianos no se creen tan sanos como los sierenses. Son datos que maneja el Observatorio de Salud en Asturias.
Alfonso García, vecino del concejo, cree que "en general, sí" gozan de buena salud porque "no es una zona de contaminación, tenemos medios de atención a mano, hay mucha población joven...". En su caso, tampoco se puede quejar porque dice tener "buena salud". En la misma línea se pronuncia Mercedes Torreiro, que aunque ayer por la mañana acababa de salir de la consulta del médico por dolor de garganta, un achaque tan propio de esta época, afirmaba que es una persona sana. "Sí, tengo buena salud", comentó.
Lorena Martínez igualmente cree que tiene "buena salud", aunque lamenta que es habitual conocer casos cercanos de enfermedades tan temibles como el cáncer.
No obstante, la autopercepción sobre el estado varía en función de la edad, pues cuando los achaque propios del paso del tiempo empiezan a ser más habituales de lo deseable, la percepción sobre la salud de uno mismo cambia. Por ejemplo, Raúl Teresa, padece desde los 61 años del corazón y ha sufrido 13 anginas de pecho. Así que Oliva Alonso reconoce que están "fastidiados, con dolores y achaques".
Aunque los sierenses tienen un concepto positivo de su salud, por encima de la media de los asturianos, en el concejo no aprueban con nota tan alta en lo que respecta a la prevalencia de enfermos crónicos, pues en Siero es del 54,08%, algo por encima del porcentaje de la región, que es del 43,34%. Ciudadanos como Raúl Teresa lo achacan "a la minería", por la gran tradición de este sector en el municipio y que dejó secuelas de salud en muchos de los que se dedicaron a este sector. En la misma línea se pronuncia Alfonso García: "puede ser porque aquí hubo muchos mineros". La prevalencia de personas con enfermedad crónica es la proporción de individuos que presentan patologías con una duración larga en su proceso y que condicionan su estado de salud, así como su calidad de vida y actividad social y laboral.
Otro dato que tiene en cuenta el Observatorio de Salud en Asturias para el estudio de la morbilidad son los tratamientos que los ciudadanos llevan por ansiedad o depresión. En este aspecto, los índices de Siero son muy similares a los del resto de Asturias, pues el 22,14% de los vecinos del concejo se medica para estas patologías y en la región lo hacen el 22,59.
El Observatorio de Salud recoge este factor porque el malestar o la enfermedad mental no grave es un fenómeno ligado a las nuevas formas de cultura y los tiempos actuales, que expresan el grado de desadaptación de las personas y poblaciones a su entorno más inmediato, así como a los retos de cada día.
El Observatorio sobre Drogas y Adicción a las Bebidas Alcohólicas del Principado de Asturias realizó un estudio sobre benzodiacepinas (sedantes o ansiolíticos), del que se expusieron algunas cuestiones en la inauguración de la escuela de salud de Siero, en la Pola.
Entre otras peculiaridades, demuestra que a partir de los 50 años son más las mujeres que consumen este tipo de fármacos (el 52%) que aquellas que no los toman. En el caso de los hombres, sólo ocurre a partir de los 80 años. Una de las conclusiones es que el porcentaje de mujeres medicadas es mayor en todos los grupos de edad, excepto en la infancia, hasta los 10 años, donde el porcentaje de niños (algo más del 10%) es casi el doble que el de niñas.
