Villaviciosa despidió ayer a uno de sus vecinos más ilustres, el médico José Olivares Berzal, fallecido el miércoles a los 82 años. Olivares ejerció su profesión en concejos como Villaviciosa y Cabranes, donde dejó su huella. A este último lugar llegó en 1990 para reemplazar a Jesús de Íñigo, tras trabajar como coordinador sanitario en Móstoles, Alcorcón, Getafe o Fuenlabrada. Antes lo había hecho en Villaviciosa, su lugar de residencia en Asturias, durante doce años.

Natural del pueblo segoviano de Ayllon e hijo de campesinos, Olivares estudió la carrera en Madrid compaginando los estudios con el trabajo en una empresa. Al acabar la carrera se marcó a Granada, en cuya universidad estuvo en la cátedra de psiquiatría. Posteriormente ejerció como médico tituar en el pueblo granadino de Marcena. Allí se hizo especialista en aparato respiratorio y profundizó en medicina e higiene y seguridad en el trabajo. Preparó seguidamente las oposiciones libres de médicos titulares y encontró después una familia numerosa, de ocho hijos, fruto de su matrimonio con Ana Villegas.

El doctor era un asiduo lector, especialmente de libros de pensamiento, con gran predilección por la filosofía y la historia, destacan sus conocidos. En 2006 se jubiló como médico en Cabranes, donde el pasado 18 de febrero se le tributó un homenaje. El alcalde de Villaviciosa, Alejandro Vega, destacó ayer tras asistir al funeral la importante labor desarrollada por Olivares como médico rural. "Era una persona culta, gran conversador, con remarcado carácter castellano pero que supo entender muy bien y adaptarse al paisaje de Asturias", contó. "Como vecino de Villaviciosa se interesaba por la marcha del municipio y me daba consejos", dijo.