Año y medio de prisión y 10.912 euros por estafar a una comunidad de Candás

El asesor acusado de estafar a decenas de comunidades de vecinos en Candás, Gijón y Luanco comenzó ayer su periplo por los juzgados. M. D. A. se sentó ayer en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal número 2 de Gijón para enfrentarse a dos procedimientos. El primero de ellos, por estafa a una mujer mayor que ni siquiera pudo presentarse a la vista por estar impedida. El segundo, por un delito continuado de apropiación indebida de los fondos de una administración de vecinos sita en la calle Pepe La Mata de Candás (Carreño).

En ambos procedimientos, M. D. A., asistido por su letrado, llegó a sendos acuerdos de conformidad. En el primero de ellos, el encausado aceptó una pena de un año de prisión.

Una condena menor que interesaba en un primer momento a la Fiscalía, al apreciarse el atenuante de reparación del daño, ya que el acusado había consignado, por medio de un familiar, un monto de más de 12.000 euros para hacer frente a la responsabilidad civil que se pudiera derivar del caso.

Finalmente, M. D. A. tendrá que abonar a la afectada la cantidad de 8.363,91 euros al considerársele criminalmente responsable de un delito de estafa a la mujer.

En el segundo procedimiento, el acusado aceptó una pena privativa de libertad de 18 meses por un delito continuado de apropiación indebida, rebajada sobre la petición inicial al entender la Fiscalía que la cantidad que había sido sustraída no fue de 18.000 euros como en un principio se estimaba, sino de 10.912. Esa es la cantidad que deberá abonar ahora a la comunidad de vecinos estafada. Para realizar el pago, M. D. A. tiene un plazo máximo de cuatro años y, a partir del mes de julio, deberá abonar antes del día 10 de cada mes una cantidad de 225 euros a las arcas de la comunidad.

Al no contar el encausado con antecedentes penales previos a las condenas, Fiscalía y defensa pactaron la suspensión de condena, por lo que no entrará en la cárcel, bajo las condiciones de no volver a delinquir, estar siempre localizable y abonar el dinero adeudado a la comunidad de vecinos.