La fiesta de la calle San Antonio celebraba ayer la primera jornada de su cincuentenario con un pregón a cargo de uno de sus vecinos más antiguos, Tato Peña, que además fue uno de los fundadores de la fiesta.

Peña, sentado junto a César Díaz, concejal de Festejos y durante años miembro de la organización, y junto a Marcos Casielles, actual presidente de la asociación organizadora de la fiesta, San Antonio Los Pepitas, elogió la misma calle de San Antonio que para él, sin duda, es "una de esas calles con historia, que albergan en sus esquinas, en sus recovecos, casas y aceras, vestigios de épocas pasadas; la que sin duda es la calle más emblemática de la Pola". Tiene, además, un "carácter especial", que se refleja en que ha acogido la antigua iglesia, el cementerio, el ayuntamiento, y la capilla de San Antonio, cuyo emplazamiento sigue siendo hoy un misterio. Y mantiene "el espíritu de la primera Pola".

Peña recordó los primeros pasos de la fiesta, cuando con un grupo de amigos decidieron hacerla y para ello organizaron una colecta entre todos los vecinos de la calle, tras la que hubo "una satisfacción doble; por un lado no hubo un solo vecino que se negase a colaborar, y por otra parte la recaudación fue apoteósica a pesar de las circunstancias de la época". Entonces contrataron una orquesta y comenzaron con los juegos infantiles, y lo demás es historia. La banda de música dio el tradicional concierto tras el pregón y posteriormente hubo fiesta sesentera. La fiesta continúa hoy.