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Argüelles acelera la siembra de fabes con el sol, pero perderá un tercio del producto

Los productores llevan un mes de retraso, lo que programa la recogida para noviembre, con riesgo de más lluvia

Argüelles acelera la siembra de fabes con el sol, pero perderá un tercio del producto

Ha sido salir el sol y en Argüelles (Siero) se han puesto manos a la obra para no perder ni un minuto. Tienen mucha tarea por delante antes de que vuelva a llover. Llevan más de un mes de retraso en la siembra de les fabes por culpa de las intensas precipitaciones de esta primavera, que ha mantenido anegadas las tierras hasta ahora, sin poder ser trabajadas.

El productor Santiago Galán explica que el año pasado comenzaron a sembrar a finales de abril y a mediados de mayo ya estaba todo listo. En esta campaña es casi finales de junio y sólo ha podido echar la simiente en 2 o 3 hectáreas. "Las lluvias mojaron la tierra y no se puede trabajar; además, también se inundó en algunas zonas", argumenta.

Así que en estos días de tregua, en los que siguen mirando al cielo para aprovechar las jornadas soleadas previstas, tienen faena. "Ahora hay que preparar la tierra, sembrar, volver a preparar, sembrar... sin parar para no perder tiempo, si la meteorología lo permite", resume.

La sabiduría popular ya advierte de que las prisas no suelen ser buenas, y en este caso tampoco. El problema es que, como tienen que apurar para que les dé tiempo a cultivar, no pueden hacerlo de forma escalonada para poder ir colocando los tutores y otras labores que se requieren. Además, madurarán a la vez en todas las tierras. Así que este año en Argüelles sembrarán un 30% menos que el año pasado, calcula Santiago Galán. Cree que en esta campaña no les va a dar tiempo a cultivar más que unas 10 o 15 hectáreas, frente a las 25 de la pasada.

Otro inconveniente es que el cultivo de la faba asturiana tiene un ciclo de entre 120 y 140 días, por lo que el retraso en la siembre se traslada a la recogida. La cosecha no estará lista hasta mediados de octubre o noviembre, meses en los que está menos garantizado aún el tiempo seco que requiere la retirada de la faba de la tierra. "Cuando se recoge no es bueno que llueva, porque se estropea", indica.

"A una carta"

Ayer por la mañana Galán terminó de preparar la tierra para sembrar por la tarde. Ulpiano Huergo y su hermana, María del Amor, ya vienen haciéndolo desde el sábado. "Vamos a marchas forzadas", apuntó él, rastrillo en mano. "No da tiempo a todo. Habrá que atender las que tengamos preparadas", manifestó, lamentando que habrá menos cosecha. Su hermana agregó que se la juegan "a una carta", pues este retraso en la siembra no les permitirá reponer alguna planta que no se logre. Tradicionalmente la fecha límite era San Juan.

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