Tranquilo, con buen ánimo y con la convicción de que es inocente acudió ayer Antonio Rey, el que fuera alcalde de Grado por el Partido Popular entre 2007 y 2015, al Juzgado de lo Penal número 1 de Oviedo, donde fue procesado por presunta prevaricación. El juicio quedó visto para sentencia. Y todo a cuenta de una portilla instalada en un camino público en Santa María de Grado que impide el paso a otros vecinos y que no fue retirada por el regidor pese a que existía una resolución firme y ejecutoria aprobada por el Ayuntamiento en 1994. Por ello, el exalcalde se mostró sorprendido por ser el encausado "porque habría que preguntar a los tres alcaldes anteriores que hubo desde que existe la resolución de 1994; yo fui el único que trató de dar una solución al problema, en 2010, y pumba, ahí lo tienes, es lo que hay", afirmó tras prestar declaración en la sede judicial.

Se trata de un delito en forma omisiva, según la Fiscalía del Principado de Asturias, que pide una condena de nueve años de inhabilitación para cargo público. El caso ha quedado visto para sentencia. Durante su declaración en la sede judicial, Rey afirmó que "jamás" intentó perjudicar a nadie "porque fue lo que me enseñaron en mi casa". El exregidor no contestó a las preguntas de la acusación y señaló que la primera vez que tuvo conocimiento de la portilla fue en 2010, cuando se le convocó a una reunión en el pueblo.

"Yo fui el único alcalde que pasó por allí que intentó mover ese expediente iniciado en 1994. Yo, por supuesto, intenté solucionar el problema, de conformidad con ambas partes", indicó. Un encuentro en el que participaron técnicos y abogados, y que se saldó con una permuta de terrenos para crear un nuevo camino público que diese acceso a los afectados a sus viviendas.

Esa tesis la respaldó en el Juzgado el otrora edil de Urbanismo, Alejandro Patallo, quien detalló que la permuta contaba con el visto bueno de todas las partes. Y añadió que nunca observó que Rey tuviese interés alguno en favorecer a alguna de las partes; "si algo sé es que nunca se actuó de mala fé, sino todo lo contrario, con interés en buscar un acuerdo satisfactorio para todos".

En la sesión también declaró como tesigo el secretario municipal desde 2008, quien aseguró que las resoluciones desde 1994 "eran contradictorias". También asistió el asesor jurídico municipal, encargado de elaborar varios informes sobre la portilla. Asimismo, los vecinos afectados declararon en el juicio. Uno de ellos detalló que Rey estaba "totalmente al tanto del asunto. Sabía que no teníamos acceso a nuestra casa, nos decía que estaba en ello, pero luego no hizo nada".

La defensa letrada del exregidor pidió la libre absolución al estimar que Rey fue el único alcalde que trató de dar una solución a la portilla y que el asunto viene de muy atrás, años antes de que Rey accediese a la Alcaldía de Grado, en 2007.

Por su parte, Rey, que se declaró totalmente inocente de los cargos, echó mano de su proverbial humor y bromeó al término de la sesión judicial sobre el caso: "Menos mal que es una portilla porque, si llega a ser otra cosa, me decapitan".