El agua es una buena terapia para niños que necesitan mejorar la coordinación y la movilidad. En el Centro de Apoyo a la Integración (CAI) Arboleya de Meres (Siero) desarrollan un programa en el que el año pasado participaron 140 menores, de entre 5 y 36 meses. El objetivo es fomentar el desarrollo perceptivo y cognitivo de los pequeños, favoreciendo su actividad motriz en el agua, en un entorno lúdico, y la interacción entre las familias. También mejora el tono muscular.

La monitora Mirta María Ordiales explica que establecen los grupos en función del tipo de desplazamiento que tengan (gateo, que caminen...). La mayoría de los niños que acuden padecen algún tipo de deficiencia visual, trastorno del espectro autista, síndromes genéticos o retrasos psicomotores, o son prematuros. "El agua les ayuda a mejorar el desplazamiento, el tono y la movilidad", resume la fisioterapeuta, que trabaja en el agua con estos niños, al igual que sus compañeros Ismael Álvarez y Mamen Rodríguez, especializados en estimulación acuática infantil.

La consejera de Bienestar Social, Pilar Valera, visitó ayer las instalaciones y presenció alguna de estas sesiones. Destacó que se trata de un "programa muy importante, que presta un gran servicio tanto a las niñas y a los niños en su estimulación como también a las familias, que aprenden maneras y posibilidades con sus niños y niñas fuera del horario de piscina. Este programa se dirige a niños de hasta tres años que reciben apoyo en las unidades de Atención Infantil Temprana y se desarrolla de martes a sábado. Se imparte, con gran aceptación por parte de las familias, desde 2006, destacó Varela. Entonces era pionero en España. El Principado dispone de trece unidades de este tipo, de las que ocho son generalistas y el resto, específicas para niños con afecciones motoras o parálisis cerebral. El año pasado, prestaron atención a 1.773 menores, con los que se llevaron a cabo 48.190 sesiones.

Mirta María Ordiales resalta los buenos resultados de estas sesiones para los niños. No sólo ayudan a mejorar la movilidad, porque "el agua la favorece", como subrayó la consejera; en el caso de los pequeños con algún trastorno del espectro autista, por ejemplo, les propicia la interacción con el resto, indica Ordiales. Para las familias también es importante, pues es una forma de relacionarse entre sí y poner en común sus inquietudes.

En uno de los turnos de ayer por la mañana, Alberto Felgueroso, Mirian Turanza y Beatriz Cuervo realizaban los ejercicios que les iban indicando los monitores con sus hijos Martín, Gabriel y Andrea, en la piscina climatizada del CAI de Arboleya, en Meres. Además, es una buena ocasión para la interacción entre padres e hijos, pues este entorno lúdico propicia que puedan disfrutar del momento en el agua, además de mejorar su movilidad.