La oposición volvió a tumbar la pretensión del gobierno de Carreño de abonar facturas pendientes sin consignación presupuestaria. En el anterior Pleno se había rechazado el abono de 303.000 euros y, tras las explicaciones dadas por el ejecutivo socialista local, en la sesión de ayer se dio de paso el pago de 120.000 euros correspondientes a facturas con consignación en 2017, pero que entraron en el Ayuntamiento en el actual ejercicio. Los más de 180.000 euros restantes tendrán que esperar.

Los tres partidos de la oposición, PP, Somos e IU, exigen al gobierno una explicación de cada factura, una a una, para conocer en qué se gastó el dinero, a quién se adjudicó la compra o el servicio y quién decidió hacer cada uno de los gastos.

La alcaldesa pidió comprensión hacia los proveedores que quedarían sin cobrar, pero la oposición, por boca de José Ramón Fernández, del PP, dejó claro que "no somos pagadores de proveedores, sino representantes del interés general".

Somos señaló que "hay facturas mezcladas, con orígenes diversos, y no se dice quién ordenó el gasto". Mientras el PSOE hablaba de "gastos sobrevenidos", Izquierda Unida rechazaba "la tramitación de las facturas y cómo lo ha planteado el gobierno".

El portavoz popular recordó que "en noviembre, hace menos de un año, se pagaron de este modo 200.000 euros. Ahora se quieren pagar 300.000". José Ramón Fernández fue rotundo: "Si no hay consignación para una cena y no hay dinero, no se cena", en referencia a una de las facturas.

La Alcaldesa achacó la postura de la oposición al "postureo previo a un año de las elecciones", lo que rechazó tajantemente Carlos López, de Somos, acusándola de "banalizar los argumentos de la oposición".