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La sardina para el festival de Candás, de nuevo de Galicia, "muy buena y algo más cara"

"Ya no hay en el Cantábrico, ni barcos que se dediquen a ella; ahora llegan de la comunidad vecina, de Portugal y hasta de Marruecos", apunta el jefe de cancha de la lonja local

Toño Cuervo asando sardinas en el festival del año pasado. LNE

El Festival de la sardina volverá a celebrarse mañana en Candás, pero la protagonista no vendrá del Cantábrico. La escasez y la veda, causa la primera de la segunda, llevarán a los seis puestos que se instalarán mañana en San Antonio a proveerse en Galicia.

"No hay sardina en el Cantábrico y tampoco hay ya barcos que se dediquen a ella", explica Mateo González, jefe de cancha en la lonja candasina. "Se está perdiendo la pesca al abarique, ahora la gente se dedica al cerco".

La escasez de sardinas está en "la sobrepesca", a juicio de Mateo, y los barcos no van a otras zonas en su busca. "Ahora las sardinas llegan de Galicia o Portugal. Incluso de Marruecos", explica. "El viernes tuvimos aquí sardinas muy buenas, y espero tener mañana también". El precio es otro problema: "Ante la escasez, el precio sube. En San Juan hay mucha demanda y los precios se disparan, pero el festival es sólo en Candás, habrá que esperar a ver, porque la gente sabe lo que hay y alguna subida es probable que haya. A ver qué pasa".

Mientras tanto, en San Antonio los seis puestos de venta comienzan a tomar cuerpo. Ayer por la tarde se afanaban en ponerlo todo a punto en el del Nordeste, ganador de la "Sardina de oro" en 2015. Ricardo del Valle cuenta que la sardina "vendrá de Galicia, como el año pasado, que la trajimos de Burela". La presencia de la reina del festival está garantizada. "La semana pasada estábamos preocupados, pero el distribuidor ya nos ha garantizado que habrá sardinas", señala Del Valle.

En el Nordeste esperan vender "unos 300 kilos; con las cinco planchas que tenemos y el tiempo que es necesario para cada sardina no da para más". Los dos encargados de la plancha preparan desde la mañana las sardinas, salándolas y seleccionándolas, y lleva diez minutos que la sardina esté bien. "Tienen que estar bien hechas, más que ganar la 'Sardina de oro', el premio es que la gente te felicite".

El precio está por definir, pues lo marca el mismo día la organización. El resto va tomando forma para un día muy especial.

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