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Perlora carga contra el párroco por la falta de explicaciones sobre las obras en la iglesia

Un representante de José Manuel García atribuye a una petición del Arzobispado el silencio del sacerdote ante una asamblea muy tensa

Un vecino se dirige a la asamblea. PEDRO PASCUAL

Los vecinos de Perlora se reunireron ayer, convocados por Juanjo Argüelles, aparejador que colaboró desinteresadamente en la rehabilitación de la iglesia de la parroquia tras el hundimiento de su techumbre. Argüelles hizo el llamamiento ante la "desinformación" de los vecinos tras el fallecimiento del anterior párroco y la llegada de José Manuel García, el nuevo. "Por don Jesús (anterior párroco) empecé a colaborar", dijo, pero, tras su fallecimiento, todo se torció. Por si había poco caos, a la reunión acudió un joven desconocido por los feligreses que tenía información de primera mano de las actuaciones del nuevo párroco, pero que ante los reunidos negó acudir en su representación y dijo hacerlo a título personal. Finalizada la asamblea, ante la prensa sí admitió su papel de representante, pero pidió mantener el anonimato.

Juanjo Argüelles dio cuenta una vez más de los trabajos realizados en el templo y de los trámites burocráticos y las reuniones mantenidas para su desarrollo. Él fue el encargado de certificar las obras y asegura que "se abonó la factura del campanario a Cosomi SL", pero en el caso de la nave central, "más un aumento para arreglar las cornisas, que estaban mal, certifiqué trabajos y aumentos que no se pagaron", algo que "me tiene muy preocupado".

Juanjo Argüelles explicó que, en una reunión con el constructor y representantes de la iglesia, entre ellos el arcipreste y el vicario, "hubo compromiso del arcipreste de pagar la factura, alrededor de 50.000 euros. Les envié toda la documentación por correo electrónico -tengo el comprobante del envío- y finalizó mi relación con la iglesia". Sin embargo, en una reunión posterior a la que el aparejador no acudió, "el sacerdote dijo que no tenía papeles y que pagasen los herederos de don Jesús. Eso me ofendió".

El representante del nuevo párroco aseguró entonces que José Manuel García "sólo tiene un papel", remitiendo la responsabilidad, en todo caso, al Arzobispado. No gustó la intervención a los feligreses, que pedían explicaciones sobre la ausencia del párroco y la identificación de su representante, que en ningún momento admitió ante ellos que era la voz del sacerdote en la reunión. Aunque explicó que estuvo presente "cuando don José Manuel fue al Arzobispado y le dijeron que tenían que estudiar la documentación". Con los ánimos caldeados, el representante del párroco aseguró que "don José Manuel no convocó reunión ni vino hoy porque el Arzobispado le pidió que no dijese nada hasta que estudiasen la documentación". El representante del párroco habló de la posibilidad de venta de una finca para pagar las obras y los feligreses lo vieron claro: "van a vender la casa rectoral".

Los ánimos no se enfriaron tras la reunión y el divorcio entre párroco y feligreses es claro. Además, "hemos pasado de una misa diaria y dos los domingos a una el domingo", lamentaban.

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