Los descendientes de Les Candases, las ocho mujeres asesinadas en 1937 y arrojadas al mar Cantábrico desde el Cabo Peñas -entre Gozón y Carreño-, recogen firmas en la capital carreñense, Candás, para que una plaza de la villa lleve su nombre.
En el pensamiento de las familias está la plaza a la que hoy llaman popularmente en la villa marinera plaza Bocata. "Es una plaza que no tiene nombre en el callejero", explican los promotores de la iniciativa.
Se trata de un espacio "sin denominación oficial, popularmente conocido como 'El Jardín' o 'Bocata' en alusión, en primer término, al jardín que antiguamente existía y, posteriormente, al quiosco de la zona", consideran.
La intención de los familiares de Les Candases con lograr un espacio público es "que se visibilice, de esto modo, nombrando a título honorífico un espacio público de Candás la labor desarrollada por las mujeres de esta villa en la conquista de derechos y libertades".
"No se trata de politizar", aseguran, sino de "dedicar una calle en recuerdo a todas aquellas mujeres de antes, trabajadoras, luchadoras, defensoras de los derechos y libertades, y que siempre han estado en el olvido. Y porque en Candás hay muy pocas calles en femenino".
La recogida de firmas está teniendo una buena acogida entre los vecinos de Candás, que han respondido con su apoyo en la mesa que las familias de estas mujeres ponen en la plaza de La Baragaña.
"Les Candases" cuentan desde el pasado 6 de octubre con una plaza en su recuerdo en el Prau de Gervasia, con un poema de Miguel Hernández traducido al asturiano en su memoria.
