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"Vemos muy negro el futuro de la ría", lamentan los mariscadores

Llevan siete años sin poder faenar por la contaminación de la marisma y sólo unos pocos resisten cogiendo cebo

El mariscador José Estrada y el guarda Iván Rebollar, ayer, junto al estuario. MARIOLA MENÉNDEZ

Los mariscadores de la ría de Villaviciosa, tras siete años sin poder faenar, ven bastante negro el futuro de la marisma. Miran con nostalgia los años de esplendor del estuario, cuando extraían navajas y almejas muy apreciadas en el mercado. Creen que en este tiempo nada ha cambiado a mejor, más bien ha empeorado. A finales de este mes se cumplen siete años de la prohibición de la actividad extractiva en la ría. Ahora sólo pueden andar al cebo, cuando es la temporada.

Cuando se decretó el cierre eran unos 25 hombres y mujeres de Villaviciosa los que se ganaban el sustento en la marisma. En estos años se han jubilado cinco y la mayoría se han visto abocados a buscar otras actividades laborales. Así que son pocos los que resisten a pie de la ría, y lo hacen cogiendo cebo.

Uno de ellos es José Estrada. "¡No me queda otra!", aclara. "En verano funcioné bien", apunta, pues tuvo demanda de las tiendas de pesca que necesitan xorra y xorrón, pero reconoce que es un mero complemento para su economía, pues no pueden vivir sólo de coger cebo.

Mientras los mariscadores maliayeses van tirando y José Estrada ve con nostalgia los años productivos de la ría, reflexiona sobre un futuro que ve "mal". No sólo porque se necesita afrontar obras millonarias en saneamiento, sino también porque "este año hay menos almejas, con diferencia. Mueren muchas", a pesar de que no han cesado las repoblaciones. Esto les desmotiva.

"La Villa creció muy deprisa y no se hicieron bien las cosas, tenían que haber empezado por hacer el saneamiento. Ahora no hay dinero", critica. Sostiene que la situación de la ría "empeoró en estos siete años" y también se pregunta: "¿dónde están los pájaros?, con todos los que había. En esta época, que estábamos cogiendo almejas, estaba lleno de aves, y ahora casi no ves". Lo achaca a que "no tienen qué comer", pues la rotura de los diques de los porreos, antes con agua dulce y ahora salada, "los ha dejado sin ranas ni renacuajos, que les servían de alimento". Esto se suma a la escasez de almejas y navajas, que también comían.

Por eso, para José Estrada, lo mire por donde lo mire, no pinta bien. "No sólo nos fastidiamos los mariscadores", insiste. Ahora es época de veda para el cebo, cuya temporada va desde el 1 de febrero hasta el 31 de octubre. Así que en estos meses los mariscadores no pueden sacar ninguna rentabilidad del estuario, con gran interés ornitológico, por otra parte.

Iván Rebollar es, desde hace cuatro años el guarda de la ría. Ayer controlaba que se cumpla la veda del cebo y, por supuesto, que no haya ninguna actividad extractiva en la marisma, contaminada por vertidos de aguas fecales, principalmente. Él tampoco es optimista sobre el futuro de este espacio natural maliayés, pues lo ve "fastidiado". "Da mucha pena que una ría que tanto dio, ahora se haya quedado en nada", lamenta. Cree que "tendría que haber muchísima almeja, pero mueren y siguen contaminadas", a pesar de las repoblaciones que en este tiempo está realizando el Principado y aunque, teóricamente, esta carga bacteriana no tendría que afectar a su subsistencia, según los expertos. Esgrime que aunque unos pocos mariscadores siguen en la ría cogiendo cebo, es para ir tirando, pues "el sueldo bueno de ellos era el de la navaja y la almeja, ganaban muchísimo más. El dinero estaba en el marisco".

Andrés Pérez Cuétara es de los mariscadores que se han retirado en este tiempo. Se jubiló en abril del año pasado. "Ahora está peor que antes", lamenta, aunque, por otro lado, "parece que se lo tomaron en serio ahora, que están construyendo (el Principado) el estanque de tormentas y harán el descabezamiento de arroyos", manifiesta.

Para Andrés Pérez Cuétara también es un problema la inundación de los porreos, pues anteriormente eran tierras de cultivo y también de explotación ganadera, por lo que podrían sumar contaminación a la ría. Cree que, aunque ésta se corrigiera, aún se "necesitaría mucho tiempo porque las navajas no recuperan" y las almejas, según apuntan los mariscadores, tampoco. Unos y otros ven el futuro feo.

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