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Estado actual del antiguo centro de datos del Banco Herrero en la parroquia sierense de Granda.MANUEL NOVAL MORO

Siero, patrimonio tocado

Sólo el edificio histórico de El Águila Negra está siendo recuperado, mientras otros inmuebles caen en el abandono

En cuestiones de patrimonio, la economía ha primado siempre en Siero sobre la voluntad de conservar. Esta afirmación, que es válida para casi todos los casos de patrimonio artístico, en el industrial se cumple en todos sin excepción. Las pocas iniciativas que han llevado a una acción que implicase la conservación de un edificio antiguo han venido por imposición. El mejor ejemplo es el del edificio histórico de El Águila Negra, cuya rehabilitación había sido acordada por el Ayuntamiento de Siero y los promotores de un polígono en un convenio y, finalmente, hubo de llevarse a cabo tras una sentencia judicial que lo prescribía.

Otros inmuebles catalogados, en cambio, han tenido peor suerte una vez que cesó su actividad. El hecho de que estén en manos privadas y, también, la falta de proyectos dinamizadores para revalorizarlos los han condenado al abandono o los hicieron pasto del vandalismo.

De este último caso es un ejemplo palmario el antiguo centro de datos del Banco Herrero, en la parroquia de Granda, convertido posteriormente en centro de llamadas de una operadora de telefonía móvil. Diseñado por el arquitecto Javier Blanco, era uno de los edificios más singulares del concejo, y uno de los más valiosos de las últimas décadas. Una vez que la operadora decidió trasladar su actividad al vecino concejo de Oviedo, el edificio cambió de propietarios y fue objeto de un saqueo voraz, que hubo quien achacó en parte a los propios dueños y en parte al vandalismo. Ahora se conserva tan solo su esqueleto de hormigón.

La nave construida por el ingeniero Ildefonso Sánchez del Río en Viella es otro ejemplo de edificio abandonado. Construida en los años cincuenta, su diseño tiene el sello arquitectónico del autor de la plaza cubierta y el paraguas de la Pola, entre otros edificios, pero su abandono desde hace décadas la está llevando a un deterioro cada vez más grave.

El que fuera durante años arquitecto municipal de Siero, José Benito Díaz, había llamado la atención de forma reiterada sobre el valor del edificio, pero nunca hubo ninguna acción encaminada a recuperarlo. Lo más que hubo fue una llamada de atención en 2010 sobre la necesidad de revalorizarlo, llevada a cabo por el alcalde de entonces, José Antonio Noval. Todo indica que tanto el edificio de Granda como el de Viella se seguirán deteriorando sin remedio.

Hubo a principios de la pasada década un ejemplo de solución salomónica en materia de patrimonio industrial. Ocurrió en Lieres. Tras el cierre de la mina de Solvay, en 2001, Siero y Hunosa se plantearon reindustrializar el área y entonces surgió una polémica respecto del valor patrimonial de la antigua mina. En ciertos ámbitos se consideraba que el valor de la antigua mina estaba en el conjunto de los edificios. Sin embargo, tras una gran agitación y una agria polémica vecinal e institucional que retrasó el proyecto cerca de seis años, se optó por derribar parte de los edificios y conservar tan solo algunos de los elementos, con lo que se perdió el valor del conjunto.

Entonces, la decisión se tomó en aras de una mayor rentabilidad económica de las instalaciones, pero la dilatación del proyecto provocada en parte por la polémica, dejó sin actividad el área durante cerca de 15 años. Hoy, su valor como polígono industrial está muy mermado, y en cuanto al valor patrimonial, dista mucho de lo que hubiera podido ser.

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