La calidad del aire "es muy buena" en Carreño. Así lo reflejan los cuatro primeros meses de análisis que la estación móvil medidora de contaminación contratada por el Ayuntamiento. Según el dispositivo, ni los niveles de dióxido de azufre ni los de micropartículas en el aire son preocupantes.
El estudio de calidad del aire con la estación móvil comenzó en octubre. La primera ubicación elegida para tomar mediciones fue Xivares. Hasta ahora, y salvo picos en días contados, los niveles de contaminación han sido bajos, según los datos hechos públicos por el Ayuntamiento.
La media mensual de PM10 (pequeñas partículas sólidas o líquidas de polvo, hollín, metales, cemento o polen dispersas por la atmósfera y con un diámetro menor a los 10 micrómetros) tras este cuatrimestre de estudio se sitúa en 25,4 microgramos por metro cúbico de aire, cuando el valor máximo diario permitido de este valor es 50 y la media anual 40. Sólo cuatro días se superaron los límites diarios.
Más bajos todavía son los niveles de dióxido de azufre, con una media de 2,64 microgramos por metro cúbico de aire, lo que es considerado como un nivel "muy bajo" según los índices de calidad del aire.
Actualmente, y hasta abril, la estación móvil estará en Xivares. Posteriormente pasará por las parroquias de Pervera y Logrezana. Ninguna de ellas dispone de estaciones fijas medidoras de contaminación.
En Carreño hay seis bases medidoras de contaminación, pero ninguna de ellas es pública. Todas pertenecen a empresas: Una en la acería LD-III de Arcelor (Tabaza); dos de la cementera Tudela Veguín, en Monte Morís (Albandi) y Falmuria (Prendes); y tres pertenecientes a la térmica de Aboño propiedad de EDP, en Candás, Xanes (El Valle) y Tranqueru (Albandi).
Este estudio, fruto de un pacto con Somos Carreño, ha tenido un coste de 114.460 euros para las arcas municipales.
