Pravia y en general la familia hostelera del Bajo Nalón están de luto. Vecinos y empresarios lloran a Fermín Menéndez García, fundador del emblemático restaurante Balbona, santo y seña de la cocina praviana durante décadas. Los que le conocían dicen de él que era "un referente tanto en los fogones como en lo personal" y que "dignificó la profesión en toda Asturias". El funeral por Menéndez, que murió en Avilés a los 81 años, será hoy a las 18 horas en la Colegiata de Pravia.
El fallecido era por todos conocido en Pravia y gran parte de Asturias. Mucha de su -buena- fama se la debe al Balbona, un emblemático restaurante que fundó en 1962. "Fue un adelantado a su tiempo. Entendió que el público estaba cambiando de ir a los restaurantes sólo para comer a hacerlo para disfrutar con la gastronomía. Y él fue de los primeros en dárselo", recuerda la guisandera Viri Fernández, de El llar de Viri, en San Román de Candamo.
Menéndez dio con la tecla del éxito gracias a la plancha, un instrumento del que, según algunos profesionales del sector, fue pionero y maestro en su manejo. "Las carnes y el bonito en el Balbona eran memorables", recordaba ayer algún cliente del extinto restaurante.
Para el cocinero Zoilo Grana, de Casa Zoilo (Muros de Nalón), la trascendencia del Balbona superaba las fronteras. "No es que fuera un referente en el Bajo Nalón, lo era en todo Asturias", destaca el joven chef, que hace extensible los méritos a la mujer de Fermín Menéndez, Amparo Menéndez, fallecida hace años.
Además, Grana destaca que entre ambas casas siempre hubo un gran ambiente. "No de sangre, pero sí éramos familia, de la hostelera", realza el empresario, quien también destaca el buen carácter del fallecido: "Siempre tenía una sonrisa y una palabra de ánimo cuando te veía por ahí".
El alcalde de Pravia, el socialista David Álvarez, lamentaba ayer la pérdida de "un referente de los fogones no sólo pravianos, sino regionales. Era un restaurante que atraía mucha gente y que aportó mucho al concejo y a la comarca. Es una gran pérdida".
Fermín Menéndez abrió las puertas del Balbona el 4 de septiembre de 1962, coincidiendo con las fiestas del Cristo. Encontró su vocación por la hostelería cuando se encontraba realizando el servicio militar en Oviedo. Por aquel entonces se dedicaba a la carpintería, y aunque en su familia no veían con buenos ojos el cambio de sector, el éxito cosechado en su establecimiento acabó por darle la razón.
Tanto fue así que en su proyecto involucró a su madre, a su padre y a su tía. En los 70 tomó el mando de los fogones su mujer y, posteriormente, también se involucraron sus hijos. Uno de ellos, David, trabaja actualmente en Chile con un proyecto gastronómico basado en la cocina española. Tenía otro hijo, Fermín. La capilla ardiente se abre en Pravia desde esta mañana a las diez.
