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El pañuelo, para todo el año

Alicia Lagranda, con pañuelos de las fiestas de la Pola. MANUEL NOVAL MORO

El pañuelo azul es desde siempre, para los polesos, uno de los distintivos de la fiesta del Carmín. Sin embargo, su presencia en la romería de Asturias es poco significativa, más allá del uso que hacen de él los polesos, que ese día son minoría. Se han impuesto otras modas, como las camisetas temáticas por peñas, en detrimento de la tradición polesa.

La tradición, en cambio, ha dado un giro inesperado: los pañuelos están empezando a tener su sitio en el resto de fiestas polesas. Alicia Lagranda lo está constatando en su tienda de la calle Valeriano León de la Pola, donde realiza pañuelos por encargo: el año pasado tuvo muchos encargos para el Carmín, y una vez que acabaron las fiestas del verano se encontró con que le encargaban más para regalar el día de Reyes.

El caso es que, desde entonces, a los polesos les da por lucir el pañuelo fuera de las fiestas del verano. En la fiesta de Les Comadres, a los encargos de las fechas anteriores se sumaron otros 80 encargos, y muchos se vieron por las calles de la Pola, sobre todo en Les Comadrines.

Y con los Güevos Pintos ha llovido una demanda que ha superado todas las expectativas: 190 pañuelos. Según Alicia Lagranda, algunos de esos pañuelos no son para lucir ese día, porque es bastante habitual regalarlos a gente que está fuera de la Pola, pero "ahora se está dando que la gente que no quiere vestirse con el traje tradicional asturiano se pone al menos el pañuelo azul", asegura Lagranda.

El traje, para los niños

La fiesta de los Güevos Pintos, no obstante, es diferente respecto a Les Comadres y el Carmín en que tiene un carácter folclórico y tradicional mucho más marcado. Porque aparte de la bendición y la venta de huevos, que es el centro de la celebración, hay bailes regionales y un desfile folclórico por las calles de la Pola, y la tradición dicta que los polesos salgan vestidos con el traje tradicional.

Con todo, esta costumbre tiene un seguimiento relativo, y en los últimos años se está constatando que esta cobrando un impulso importante sobre todo entre los niños. Son muchas las familias que alquilan los trajes tradicionales para los niños, y en los adultos se da en menor medida.

Para el día de Güevos Pintos está prevista una larga jornada de actividades que mucha gente vivirá ataviada con el traje tradicional o, si se suma a la propuesta recién llegada, con el pañuelo azul.

El principal atractivo de la fiesta es la venta de güevos pintos, que siempre tiene un éxito extraordinario. Y entre los hitos del programa está la bendición de los güevos en la plaza del Ayuntamiento, a cargo del párroco Juan Manuel Hevia Fisas, que se lee en asturiano desde que Carlos Sánchez Martino lo comenzó a hacer en el año 1974. Posteriormente, tendrá lugar el tradicional baile a cargo de El Ventolín y una larga sesión vermú, que dará paso al gran desfile folclórico por las calles de la Pola. Y por la noche, verbena para rematar.

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