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El calvario es la lluvia en Villaviciosa

El calvario es la lluvia en Villaviciosa

Los devotos maliayeses, resignados al suspender la procesión de ayer: "Nos da mucha pena, tenemos todos mucha ilusión"

Pablo Tuero Sopeña es, a sus tres años y medio, uno de los cofrades más jóvenes de la Semana Santa maliayesa, y lo es desde que nació. El Miércoles Santo tuvo suerte y pudo llevar una cruz en la procesión, pero ayer ya no hubo tanta. La lluvia volvió a ser un calvario y obligó a suspender la procesión. Los pasos se tuvieron que dar en el pórtico de la iglesia. Pablo Tuero representa la tradición familiar, que pasa de generación en generación, y que es la que logra que la Pasión tenga tanto arraigo en Villaviciosa.

Su padre, Santiago Tuero, también es cofrade y en alguna ocasión salió con los pasos de "Los Xudíos". "Es una de las tradiciones más importantes de la Villa, la que más se vive, en la que más involucra la gente y colabora", destaca. A la abuela paterna, Enedina Cueli, también le hace ilusión que su nieto sea un pequeño nazareno.

Este arraigo que la representación de la pasión, muerte y resurrección de Cristo tiene entre los villaviciosinos es la razón por la que ayer se veían muchas caras de decepción mirando al cielo. La lluvia incesante impidió que saliera la procesión del Calvario. "Me da mucha pena porque tenemos todos mucha ilusión, los del pueblo y la gente de fuera", apuntó Isidorina Naredo. A su lado, Conchita Pedrayes trataba de conformarse: "estamos acostumbrados a que llueva".

Parece que se ha convertido en una mala costumbre que el agua chafe las procesiones, lo que lleva a Alejandro Montoto a ironizar que "es como el Festival de la Manzana, un año toca y otro no". Para Carlos López también "es una pena y una lástima", pero confía en que hoy viernes "haga buen tiempo y el sermón del Desenclavo pueda hacerse fuera" de la iglesia. Las previsiones son mejores.

Las argentinas María Antonia y María Teresa Causante, devotas de la Semana Santa, acudieron ayer por primera vez a la de Villaviciosa, pero se quedaron con las ganas de ver la procesión del Calvario. "Es bellísima, preciosa", valoró la primera tras fotografiar los pasos en el pórtico de la iglesia. "Es una pena que esté lloviendo", lamentó su hermana. El Miércoles Santo estuvieron en Luarca y también conocen la de Málaga. Les queda pendiente vivir la de Infiesto (Piloña).

Los oficios religiosos de la Pasión maliayesa del Jueves Santo comenzaron con la Eucaristía de la Cena del Señor, para rememorar el signo de la entrega de Cristo al lavar los pies de sus discípulos y la celebración de la Última Cena, en la que convirtió el pan y el vino en el sacramento de la comunión.

La procesión del Calvario, que se suspendió, rememora el camino de Jesús hacia el monte, cargando con la cruz, en el que recibió una vil muerte, según la tradición cristiana. En este trayecto tuvo tres encuentros, que son los que se representan el Miércoles Santo. Uno de ellos, con la Verónica, que salió valiente al paso de Jesús para limpiarle el sudor, las lágrimas y la sangre de su rostro con un paño. Se cuenta que la imagen de la cara del Señor quedó impresa en aquel lienzo. En su camino también se cruzó con San Juan, el único discípulo que le fue fiel. María, por último, sintió como madre el estremecimiento y el dolor de ver el sufrimiento de su hijo cuando se dirigía al Calvario.

Mañana, Viernes Santo, el concejo vivirá uno de los momentos más importantes de su Semana Santa con el Desenclavo. Tras el descendimiento de Cristo de la cruz, que se sigue con especial emoción en la plaza de San Francisco, de Villaviciosa, junto a la iglesia, partirá la procesión del Santo Entierro. La Semana Santas maliayesa es Fiesta de Interés Turístico Regional y aspira a serlo Nacional.

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