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Picadillo para estrechar lazos en Noreña

Ramiro Fernández ensalza una fiesta "bordada en torno al mantel" y a la que augura gran futuro | La hostelería celebra la alta afluencia

Ramiro Fernández durante la lectura del pregón. MANUEL NOVAL MORO

Noreña celebró ayer la jornada central de la fiesta de San Marcos del Picadillo y el Sabadiego, uno de esos días en los que la gastronomía, y concretamente el arte chacinero de la Villa Condal, lo invade todo. La Orden del Sabadiego celebró sus actos solemnes en el quiosco de la música, pregonados por el psicoesteta Ramiro Fernández, que no pudo sino rendirse a los encantos del cerdo, un animal del que se dice que "se aprovecha todo, que tiene mil sabores y que nos gusta todos, incluidos los andares". Pero, para él, son "más bien sus 'bailares' porque alrededor del cerdo en las matanzas caseras se organizaban las fiestas más participativas de nuestros pueblos".

Ramiro elogió, asimismo, la labor de los noreñenses y concretamente de la Orden del Sabadiego: "Recuperado el picadillo y el sabadiego, popularizado de nuevo en las cocinas, todos vosotros retomáis recogiendo el testigo de aquellos amigos que pusieron las bases de esta bonita historia bordada en torno al mantel, la buena mesa, la camaradería, la amistad y la defensa de la industria y un concejo". Y se mostró convencido de que los noreñenses, como "soñadores que nunca se rinden", acabarán "encontrando soluciones para mantener viva esta tradición de la que me honra formar parte".

En el transcurso del acto se hizo entrega, asimismo, de la distinción a Elena Llano Muiña como Chacinera Mayor del Condado 2019, y del Premio Nacional de Periodismo a Luis José de Ávila. Presidió el acto la alcaldesa de Noreña, Amparo Antuña.

Tras los actos protocolarios llegó la hora de la sesión vermú y la comida, el momento en el que más triunfan las fiestas en Noreña. Fueron muchas las personas llegadas de todas partes de Asturias a la Villa Condal para probar el picadillo, el adobu y otros productos propios de esta fiesta.

Fue el caso de los avilesinos Carmen Álvarez y Rubén Pérez, que se estrenaban por primera vez en la fiesta y que, como amantes del gochu, disfrutaron enormemente de la comida. "Nunca habíamos estado antes en la fiesta y estamos encantados, porque hay un ambiente muy agradable", señalaron sentados a la mesa en El Casero.

Por su parte, los polesos José Ramón Vicentiz y Manuel Martínez acudieron puntualmente a una cita que no se suelen perder. "Esta fiesta es estupenda para estrechar lazos; en torno a un plato de picadillo es difícil llevarse mal", aseguraron mientras compartían mesa con Carmen Río en Casa El Sastre.

Por su parte, la responsable de La Plaza, Eva Fernández, se mostraba satisfecha por la aceptación de la fiesta. "Viene gente de todas partes de Asturias, y se llena todos los días", dijo.

En la jornada de ayer, además, Noreña sumó a su conocido Monumento al gochu de la avenida Flórez Estrada, obra de José Luis Iglesias Luelmo, otra representación del cerdo, animal totémico de la villa esta vez hecha en granito.

La escultura, de 1.300 kilos de peso, se ha instalado en la plaza de La Nozalera, y fue descubierta ayer por la tarde. La figura ha sido donada a Noreña, a través de la Orden del Sabadiego, por el empresario Gil Martínez Soto, responsable del Hotel Virrey Palafox de Burgo de Osma y principal promotor del hermanamiento de Burgo de Osma con Noreña en el año 1991.

Así, la Villa Condal sigue ahondando en su raíz chacinera y defendiendo una gastronomía que sigue conquistando paladares y seguirá, seguramente, estrechando lazos.

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