Reciclados Industriales de Pravia (Recinpra) ampliará su producción de material plástico reciclado para la industria del embotellado de bebidas conocidos como R-PET. Será la tercera empresa de España que cuente con esta tecnología. Un novedoso sistema que proyectan iniciar a finales de año y que conlleva la ampliación de las instalaciones de Pravia, el aumento de la plantilla y una inversión económica que ronda el millón de euros. "Es un proyecto para una necesidad que hay ahora mismo y no está cubierta, los materiales R-PET tienen recorrido, tal y como apunta el mercado", afirma Jorge Fernández, propietario de la empresa junto con su padre, Ceferino, y su hermana Patricia.
Y no le falta razón. En 2025, el 25 por ciento de las botellas para alimentación deberán ser, por ley, de material reciclado. Quedan cinco años y sólo tres empresas españolas lo producen: una en Galicia, otra en Extremadura y, ahora, la de Pravia. Ahí es donde vió la familia Fernández la oportunidad después de casi diez años en el sector del reciclaje de plásticos (tapones, polietileno de alta densidad, plásticos y mazacote PET), que sirven para la producción de nuevos materiales en los sectores de alimentación, automoción, embalajes y textil.
Así, ampliarán las instalaciones con la construcción de una nueva nave de 800 metros cuadrados en Buenavista, que albergará la maquinaria que han adquirido en Finlandia y que les permitirá producir entre 120 y 140 toneladas al mes de material plástico reciclado para vender a la industria alimentaria del embotellado. "Cuando tengamos experiencia, y si la inversión va bien, daremos el salto con una máquina de mayor producción", avanza Jorge Fernández. Además, la tecnología funciona 24 horas ininterrumpidas, por lo que ampliarán la plantilla, en la actualidad con 16 trabajadores a un turno, que aumentarán con entre siete y ocho contrataciones para establecer jornadas laborales a tres turnos.
Un proyecto que les tiene muy ilusionados. En 2011 entraban en el sector del reciclaje de palés, que ampliaron con el mazacote de PET para el que adquirieron un molino triturador. "Al principio, fue difícil colocar el material, hasta que conseguimos exportar a China para la fabricación de fibra textil", detalla Fernández. Siguieron con el triturado de tapones solidarios, para el que Ceferino Fernández creó una línea de lavado con las herramientas del que fuera su negocio, un taller de carrocerías. Siguieron creciendo con el reciclado de papel, cartón y film plástico.
La empresa familiar praviana encara un salto de envergadura con la inversión de un millón de euros para dar respuesta a la demanda del mercado en cuanto al embotellado reciclado con la nueva producción, que entrará en funcionamiento a finales de año.
