La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Pola mantiene, por ahora, la fiesta de Güevos Pintos: "Hay que esperar"

En Noreña tienen esperanza de celebrar el Picadillo dentro de un mes o, en caso contrario, retrasarlo, algo que descartan en Siero sin cancelan

Exposición de güevos pintos en la Pola. M. N. MORO

A pesar de que la situación es complicada a raíz de la cuarentena por el coronavirus y de que el tiempo apremia, las organizaciones de las fiestas de Güevos Pintos (Festejos de la Pola) y el Picadillo (La Orden del Sabadiego) mantienen una cierta esperanza de que se puedan llevar a cabo. Los próximos días serán clave, según indican. En todo caso, los responsables de la gran fiesta de la Villa Condal sí plantean que, de tener que cancelar, la fiesta se celebré más adelante en el calendario. Eso, por contra, no está sobre la mesa en el caso del festejo poleso.

Los plazos son muy limitados, ya que Güevos Pintos se debería celebrar el día 14 de abril, martes, y a finales de esa misma semana están previstos ya los actos por las fiestas del picadillo en Noreña. Por tanto, una segunda ampliación por quince días del decreto de estado de alarma por el virus (que actualmente está previsto hasta el último día de marzo), ya eliminaría la opción de que se celebre el festejo poleso y haría inviable, por plazos, el de Noreña. Asimismo, aún sin estado de alarma, cabe esperar que no se eliminen completamente las restricciones a eventos en los que haya grandes aglomeraciones. Lo que también daría al traste con toda opción. En la Pola el optimismo es escaso. Indican que "de momento hay que esperar", pero reconocen verlo difícil. En caso de que, como es probable, el festejo tenga que suspenderse, se descarta totalmente la posibilidad de celebrarlo en otra fecha.

En Noreña lo ven con más esperanza. El Sabadiego apunta que los actos propios los tienen preparados, pero el margen de maniobra se acorta. Este año toca capítulo, es decir, está previsto que se nombren nuevos caballeros de la Orden. "De acabarse la cuarentena, habría problema con la gente que venga de cofradías y capítulos por la premura", reconocía su presidente, Luis Miguel Suárez, que trataba de ser optimista: "Veo la cosa muy justa, pero esperamos que se resuelva todo bien".

En caso de que no se pueda cumplir con las fechas, dada la alarma sanitaria, se procedería a la cancelación, aunque cabe la posibilidad de que se celebre la fiesta en otras fechas: "El capítulo no podría hacerse, por el calendario que tenemos fijado con las federaciones para no pisarnos. Los demás actos podrían trasladarse sin mayor problema", concluye Suárez.

Ambas fiestas habían estado rodeadas de polémica. La polesa por el posible cambio de hora en su desfile y la de Noreña por coincidir con un evento en Siero. Ahora eso ha quedado en segundo plano.

Compartir el artículo

stats