Candás se ha convertido en un hervidero de gente en las últimas jornadas debido a la llegada del turismo. Esta situación ha provocado que, en muchas ocasiones, el distanciamiento social sea una utopía. Por una parte, vecinos de la calle Valdés Pumarino se quejan de los continuos incumplimientos de las recomendaciones sanitarias. "No hay control de nada. Todos los días hay gente a las seis de la mañana en la calle haciendo 'botellón' cuando los bares ya están cerrados. Muchos van sin mascarillas y están abrazados. El Ayuntamiento no está poniendo ninguna medida por su parte", denuncia un vecino de la calle, que ya puso en conocimiento de Policía Local y la Guardia Civil esta situación. Este fin de semana, además, la celebración de la Feria de la Conserva ha desencadenado críticas de parte de los vecinos por las largas colas y las aglomeraciones que se producen en el muelle candasín.