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Los vecinos de Xivares, en pie de guerra: exigen reparar los daños de El Tranqueru

Decenas de personas se manifiestan en el área deportiva, que permanece sepultada por toneladas de tierra desde hace nueve meses

Los asistentes ayer a la manifestación en Xivares (Carreño). J. CASTRO

Los vecinos de Xivares, en Carreño, ya no aguantan más y ayer se echaron a la calle para exigir la reparación de los daños causados por el desprendimiento de tierra que sepultó el área deportiva de la urbanización a finales de noviembre del año pasado. Después de nueve meses, la pistas de fútbol y baloncesto, la bolera y parte de la zona de juegos infantiles siguen enterradas bajo toneladas de tierra y piedras que se vinieron abajo desde la senda de El Tranqueru durante la borrasca "Cecilia". El camino peatonal ya ha sido "más o menos parcheado", pero la montaña originada por el argayo sigue siendo un problema en Xivares y los vecinos están en pie de guerra. "No es normal que todo continúe igual después de tanto tiempo. Lo único que pedimos es que se nos haga caso y que las administraciones no miren para otro lado", explica una vecina, Pilar Fernández Cortés.

El Ayuntamiento le ha reclamado al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) el importe de los daños originados por el derrumbe y ya le ha exigido al Principado que tome las medidas necesarias para dejar la senda de El Tranqueru como estaba antes del suceso, pero por el momento nadie se ha hecho responsable de los graves desperfectos causados en Xivares.

"Las pistas polideportivas habían sido reformadas poco antes del desprendimiento y esa obra le costó mucho dinero a la comunidad de propietarios. Sólo queremos que se arregle un problema que nosotros no tenemos por qué asumir", señala Miguel Fernández Salinas.

Según los informes técnicos, la cuantía de los daños supera los 30.000 euros. El Ayuntamiento tuvo que asumir las obras de emergencia para evitar daños mayores y para mantener la integridad del colector de saneamiento, unos trabajos con un coste de 40.000 euros.

La población de Xivares, con unos 300 habitantes todo el año, se multiplica en verano. "Los niños no tienen un sitio donde jugar y eso no lo podemos permitir. Podemos entender que las cosas no se arreglen de un día para otro, pero ya ha pasado mucho tiempo y aquí nadie hace nada. Estamos dispuestos a hacer lo que sea y la próxima vez nos plantaremos en Candás para ver si así nos escuchan", afirma otra de las residentes en la urbanización, Covadonga Rojo.

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