Tarde lluviosa para despedir al joyero Manuel Álvarez, “Manolín Tarralva”, que falleció el pasado viernes a los 84 años, en Grado. Los moscones y el mundo de la joyería en Asturias arroparon ayer bajo un manto de paraguas a la familia y amigos de Álvarez, a quien dieron su último adiós en la iglesia de San Pedro de Grado. Y lo hicieron con mucha tristeza pero con el recuerdo de la bondad que siempre demostró Manolín Tarralva a lo largo de su vida, uno de los aspectos más destacados por quienes le conocían. Fue, además, una figura clave en los grandes movimientos sociales que trajeron los mayores avances para el municipio en las últimas décadas, muy querido y respetado por todos los vecinos de la villa, regentó a partir de mediados de los años 50 del pasado siglo, junto a su hermano Laurentino, la conocida Joyería Tarralva, ahora en manos de la segunda generación de la familia.