Una rosa roja por cada víctima. Los familiares de las personas asesinadas en la fosa de El Rellán, en Grado, depositaron flores en la tierra donde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha exhumado catorce cuerpos en los últimos cinco días. Los arqueólogos continuarán con la intervención una vez que el Principado de Asturias ejecute la demolición de la granja de cerdos anexa, que fue levantada después de los fusilamientos, donde han constatado que hay más enterramientos. Y todo parece indicar que el derribo “será cosa de días”, avanzó el Alcalde de Grado, José Luis Trabanco (IU).
El regidor afirmó que la apertura de las entre 14 y 16 fosas comunes que se estima que hay en el concejo se va a realizar en los próximos años: “Esto ya no tiene freno”. Trabanco calcula que la demolición de la explotación ganadera estará lista este mes de agosto “para que la asociación pueda trabajar en condiciones, ese es nuestro compromiso”.
De esta manera, la asociación podrá intervenir en la fosa de El Rellán por completo y extraer los cuerpos de todas las víctimas que fueron asesinadas y enterradas ilegalmente en la finca aprovechando una trinchera de la Guerra Civil, ya terminada en Asturias cuando se produjeron los fusilamientos. Y el colectivo pone el mes de abril de 2022 como tope para comenzar las labores arqueológicas, que comenzarán con una prospección del terreno para delimitar por dónde se extienden las tumbas.
“Volveremos en abril a más tardar, pero lo primero es tirar la gochera”, insistió el vicepresidente de la ARMH, Marco Antonio González, quien acompañó junto al Alcalde a los representantes de los familiares que realizaron la ofrenda floral. Fueron Sabino Fernández, Marina Vegas y María Luisa Flórez quienes dejaron, con la ayuda de los voluntarios, las rosas en la fosa de donde fueron recuperados los catorce cuerpos. Diez más de los cuatro advertidos en la prospección inicial.
Fue un momento cargado de emoción, con los familiares y voluntarios de la ARMH con lágrimas en el rostro. “Un poco de verdad y reparación”, dijo Marco Antonio González, quien selló con protecciones metálicas la fosa para preservar el lugar y retomar los trabajos en los próximos meses con los voluntarios de la asociación. Para ellos fue el más sonoro de los aplausos, dedicado a su trabajo en El Rellán para exhumar los restos mortales de los antepasados de las familias, que llevan bajo tierra más de 80 años.
Y también por su empeño durante el último año y medio en recuperar los cuerpos de la víctimas de la fosa, también conocida como “La Gochera”. En julio del año pasado, durante las labores de prospección, se hallaron los primeros cuerpos, lo que motivó que el Juzgado de Grado tomase las riendas de la investigación al advertirse una muerte violenta. Casi un año después archivó la causa y dio vía libre a la exhumación.
Un retraso de meses que los familiares vivieron con mucha incertidumbre y desasosiego y que se debió a la tardanza del informe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, al que la ARMH reclama ahora los restos y material balístico entregado para proceder a recoger las muestras genéticas del material óseo que sirvan para cotejar con los perfiles de las familias y, así, entregarles sus restos 80 años después.
