El saregano Francisco Foncueva resultó ganador en el Concurso de Manzana del Certamen de Agropec, celebrado a finales de septiembre en la Feria de Muestras. Es asiduo a esta cita, ya que ha participado en diecisiete ocasiones, llevándose el premio en siete de ellas. Y como tiene plena confianza en la calidad de sus manzanas volverá a probar suerte con ellas: las presentará mañana, sábado, en el Festival de la Manzana de Villaviciosa, una plaza que se le resiste, ya que ha quedado en segundo y tercer puesto en varias ediciones, pero nunca primero.

El cosechero, que heredó la explotación y la profesión de su padre, lleva toda la vida entre pumares y conoce a la perfección cada uno de los 1.500 que pueblan las cuatro hectáreas de su finca. Entre las veintisiete variedades que cosecha están la Reineta blanca o pinta, la de Pumarón o la de Colunga, en el caso de las manzanas de mesa. Y en el de las de sidra, principalmente trabaja con las variedades acogidas a la Denominación de Origen Protegida, como Xuanina, Coloradona, Teórica o Raxiao, entre otras.

El destino de su producción sabe que principalmente son los llagares de la zona, aunque desvela que una parte ha ido a parar a la alta cocina, a las manos de chefs de renombre del panorama asturiano. Foncueva presume de su producto, del que asegura es “de gran calidad a pesar de que este año de “cosechona” la meteorología no haya ayudado. Según explica, “empezó a llover tarde y el fruto no desarrolla, las más tempranas quedaron bastante pequeñas”. “Espero que para las tardías, de aquí a diciembre, mejore”, añade. Señala también que las granizadas caídas durante la primavera “estropearon mucha flor” y eso es una merma en la cantidad, aunque este año no le importe mucho, ya que sus árboles están a rebosar.

Foncueva confiesa que el problema de la vecería no le quita el sueño, pues sabe como capearlo: “En los años impares, los de cosecha abundante, hay que tratar de reducir a la mitad durante la floración, para al año siguiente no quedar sin nada. Además hay que cuidar mucho la poda y utilizar un buen abono”. Peor solución le ve a el hecho de que cada año sea “más difícil encontrar una cuadrilla para apañarlas”.

La normalidad ha llegado a su pumarada en forma de manzanas que han dado su fruto en premios, con la vuelta de los certámenes y las ferias agrícolas. Pero además, este verano, las puertas de “La Llosa”, que es el nombre de su finca, se han vuelto a abrir al público para recibir a decenas de visitantes de toda España durante las Jornadas de la Floración del Manzano, organizadas por la Comarca de la Sidra. “Me sorprendió mucho ver cómo unos visitantes del Valle del Jerte se asombraban viendo los pumares en flor, con el espectáculo que tienen ellos allí con los cerezos”, dice. Mañana, sábado, Foncueva volverá a la cancha maliaya a tratar de rondar el puesto a la Mejor Manzana de Asturias, que para él, está en San Román.