El futuro de la zona rural fue uno de los grandes temas sobre los que se intercambiaron puntos de vista entre las mujeres que participaron en el debate a modo de conversación que se celebró ayer en Ambás (Carreño) en el arranque de los actos del Día de la Mujer Rural. “A raíz de la pandemia nos hemos dado cuenta de que vivir en el mundo rural es privilegiado, pero vivir de él no es fácil”, decía Marisa López, de la Asociación de Vecinos de la localidad.

Esa frase resume el sentir de las participantes en la iniciativa “Voces de muyeres” y que en mayor o menor medida han desarrollado sus proyectos en parroquias en muchas ocasiones olvidadas, pero aún así han sabido encontrar las oportunidades. Lo sabe bien Josefina Vega, empresaria de agroturismo en Llorgozana, que defendió la necesidad de enraizar a los jóvenes: “Hay mucha tendencia de salir de Asturias y de España a hacer carreras con la necesidad de mano de obra que hay. Los proyectos de desarrollo rural son una ayuda importante para los jóvenes que quieren hacer algo en este mundo”.

Gisele Fernández también conoce lo que es ese sacrificio para formar una empresa en la zona rural. Nacida en Buenos Aires y criada en Tenerife, regenta junto a su pareja “Casa Agustín”, en Piedeloro, desde donde cosechan toneladas de productos de huerta. Llegar a Piedeloro le cambió la vida: “El medio rural ha sido un gran descubrimiento. Es un cambio de vida. Pero necesitamos que la gente venga al campo y viva del campo y produzca. Los jóvenes tenemos que seguir con estos proyectos, dando ejemplo y siendo referencia”.

Sonia Vega también se forjó en el mundo rural, donde sacó adelante una plantación de avellanos: “Hay muchas oportunidades en el mundo rural, pero son para la gente que vive en él. Para una persona joven que viene de fuera es dificilísimo. No es lo mismo para el que tiene un prau y lo puede utilizar”.

Tras el debate, se llevó a cabo una “merienda entre muyeres” y la Asociación de Escritores de Asturias celebró asimismo un recital poético.