Manuel Jesús Samartino es el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Siero, Noreña y Sariego, colectivo que trabaja activamente para la recuperación del esplendor de la ruta jacobea a su paso por estos concejos, donde no siempre es bien reconocida pero que, a cambio, conserva algunos enclaves mágicos al paso de los peregrinos. Tras la pandemia, han remontado los buenos resultados de las pernoctaciones en el albergue de la Pola y Samartino espera seguir creciendo.–¿Cuántos peregrinos llevan este año?

–Llevamos 1.123 peregrinos a fecha del 7 de septiembre. Seguimos contando con la presencia continuada de caminantes en el albergue casona de San Miguel de Pola de Siero. Es un goteo continuo, día tras día, y como el albergue tiene capacidad para acoger con comodidad a los peregrinos, éstos se sienten reconfortados y agradecidos por el hecho de haber recalado en Pola de Siero, aunque, en muchos casos, no lo tenían previsto en sus planes iniciales.

–¿Qué perfil de peregrino recala en Siero?

–El peregrino, cuando comienza el Camino, en ocasiones viene con una planificación muy cerrada, que ha realizado previamente, e intenta alterarla lo menos posible porque tiene calculado el recorrido que quiere hacer y los días de que dispone. En otros casos, se sigue teniendo un espíritu más libre. El peregrino se pone en marcha y la ruta lo va llevando según las circunstancias personales que va sintiendo en su caminar. En nuestro caso, recalan perfiles de ambos tipos. Los que vienen con la intención de pernoctar en nuestra casona, que en muchos casos repiten o vienen recomendados por algún otro peregrino, y los que hacen su descanso y noche sin tener pensado previamente ni siquiera pasar por este punto. En el mes de agosto hemos podido comprobar esto último en numerosas ocasiones, debido a la gran saturación del Camino de la Costa hasta Villaviciosa o a la imposibilidad de encontrar plazas para pernoctar en Gijón, con lo que no podían continuar caminando como peregrinos a partir de Villaviciosa excepto por el Camino que conduce al Salvador de Oviedo, que es el nuestro.

–¿Qué es lo que más valoran del albergue?

–Cuando llegan a la Pola, los peregrinos se sorprenden por la acogida, que ya reciben de manera telefónica cuando llaman previamente y se les informa de los detalles del albergue y de las características e historia del Camino por los territorios de Sariego, Siero y Noreña para que ellos elijan sus preferencias. Una vez en el albergue, abren el imponente portón de madera que separa la finca de la calle y entran con la satisfacción de haber culminado otra nueva etapa. Ya dentro, van sintiendo la tranquilidad y la comodidad de las instalaciones, algo que tiene su momento culminante cuando suben al dormitorio del primer piso, en el que destacan la amplitud y distribución. En ese momento es cuando te miran a los ojos y te comentan la acertada decisión de haber elegido previamente o por azar nuestro albergue para su descanso en el Camino. Por la tarde, estar en el jardín es otra de las acciones preferidas por muchos peregrinos. Y es que es un lujo tener estas instalaciones que desprenden tranquilidad y sosiego dentro del casco urbano de una localidad como Pola de Siero.

–¿Podemos decir en este sentido que hace falta más promoción?

–Esta es la mejor promoción que podemos hacer del Camino por nuestros territorios. Las administraciones autonómicas y locales deben promocionar las rutas a Santiago, pero lo primordial es atender el mantenimiento y la adecuación de los caminos y sus instalaciones. En el caso de Siero, el Ayuntamiento tiene la joya en su albergue, sin descuidar el resto de elementos ni el Camino en sí.

–Un Camino muy rural…

–El peregrino comenta que en su etapa desde Villaviciosa hasta Pola de Siero agradece el paso por caminos y no por carreteras. Y es que desde que entran en el municipio de Siero, abandonan la carretera local de Sariego y se adentran en el entorno de la Peña Careses y en el monte de la capilla de la Bienvenida para llegar a las proximidades de Pola de Siero después de pasar el Río Seco por el puente Recuna, de origen medieval. Estos recorridos tan rurales conllevan mayores labores de mantenimiento que los urbanos, pero son los preferidos por los peregrinos. Otra labor de realce del Camino en Siero es la fabulosa limpieza de los puentes históricos, como es el caso del de Colloto. Es el lugar por el que el peregrino abandona Siero y sirve para acabar con un buen sabor de boca antes de entrar en Oviedo.

–¿Esperaban una afluencia tan alta, a niveles de antes de la pandemia?

–Sí. Es un año atípico. Por una parte, es el segundo del Año Santo 2021-22. Además, es el primer año normal después de la pandemia y es el año inesperado de esta grave crisis internacional que está afectando nuestra forma de vida. Todo ello influye en el número de peregrinos y, afortunadamente, los que pasan por Pola de Siero lo hacen de manera continuada y en un número que facilita la calidad de este final de etapa y su acogida en el albergue.

–¿Qué planes de futuro tienen?

–Seguir acogiendo con calidad a los peregrinos que quieran compartir su tiempo con nosotros en el albergue y, por otra parte, seguir dando a conocer entre nuestros socios y amigos las diferentes rutas de peregrinación. También seguiremos trabajando en todos aquellos ámbitos de actuación para dar a conocer el Camino de Santiago y, en concreto, el Camino por nuestros territorios, colaborando para ello con las distintas administraciones y entidades para poner en valor nuestras singularidades.

–¿Piden más apoyo institucional?

–Lo más fácil sería decir que no es suficiente la promoción, pero tampoco es así. El problema es que muchas veces se quieren promocionar los Caminos de una manera muy local o por los nombres comerciales y se generan falsas fracturas. Esto ya está pasando. Hay peregrinos que piensan que el Camino entre Villaviciosa y Oviedo es un enlace creado artificialmente para unir los llamados Camino de la Costa y Primitivo, cuando en realidad es una ruta de peregrinación que al menos se remonta al siglo XII, cuando ya consta la existencia de la alberguería de San Pedro en la actual Pola de Siero. La promoción de los Caminos debe ser conjunta y rigurosa, para que no sea sólo una bonita experiencia para gran parte de los peregrinos y aporte la visión general, el origen y la evolución de la peregrinación a Santiago. Por eso, desde nuestra asociación, una de las formas de promoción que hacemos es luchar contra la desinformación generada por otras promociones.