Este año que los salmones se han animado a remontar nuestros ríos, especialmente en lo que respecta al Narcea-Nalón, parece que los reos han optado por no solidarizarse con ellos. Tras una entrada notable los pasados meses de abril y mayo, que se podría considerar muy temprana en condiciones normales, la cosa se enfrió notablemente en el verano, época más propicia para la llegada de la trucha migratoria. No existe un patrón definido que pueda establecer las causas que facilitan que sea un mal o buen año de reo, como tampoco ocurre con el salmón, ya que su condición migratoria complica el proceso. Si esta situación se repite, podemos estar ante el enésimo cambio en lo acontecido hasta ahora. Ya no es casualidad, puesto que cada año cambian lo salado por lo dulce antes.