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DESPACITO Y BUENA LETRA

Gracias, don Juan

Despedida al querido cura de Pola de Siero

Hay acontecimientos ante los que uno no puede permanecer impasible, estático, y es que el domingo, festividad del Cristo de Santana de Pola de Siero -signo identitario poleso-, los feligreses que estábamos en la misa solemne, entre ellos autoridades del concejo, con el alcalde, don Ángel García, a la cabeza, hemos vivido un testimonio humano y de fe que difícilmente se nos pude olvidar y que motivan estas letras, aun sabiendo que se quedan cortas para trasladar lo vivido , escuchado y visto en esa mañana del último domingo de septiembre, día 27 , y que me traslada al salmo 19(18) cuando dice: "Sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que se escuche su voz, resuena su eco en toda la tierra". Y es que el eco de lo visto y oído, con un Don Juan postrado en suelo en señal de perdón, la fuerza y empuje de su homilía, sus emociones, sus palabras agradecidas de despedida quedarán y perdurarán entre nosotros, y especialmente su impresionante testimonio humano y de fe, que nos recuerda que "uno es lo que es ante Dios", no ante nadie más. No abundan ni arrecian los aplausos en el templo de San Pedro de Pola de Siero. Hoy, sí. Motivos había y muchos, y así lo premiaban los muchos fieles presentes. Hoy despedíamos a un sacerdote de carne y hueso, que se sabe persona y comunidad, que no ha sido ni es indiferente a los problemas del ser humano y que su única aspiración, su única carrera es encontrar un sitio a la vera de Dios Padre, como también lo debemos intentar cada uno de nosotros y es que - como decía San Pablo y más ante la Cruz gloriosa del Cristo de Santana- "el lenguaje de la Cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros? es fuerza de Dios".

Todo este ambiente y explosión de fe se fue creando paulatinamente a lo largo de la novena , atípica por las circunstancias especiales que vivimos y que obligó a muchos feligreses a personarse en el templo con más de una hora de antelación para no tener problemas de aforo, y el día grande, con dos horas de anticipo. No hubo predicadores asignados para cada día, sólo tres: Don Andrés, Don Sergio y Don Juan, que arropados por la oración inicial de petición al Cristo de Santa Ana, los textos litúrgicos del día: Evangelio y Cartas de San Pablo propiciaron este clima y apoteosis de la fe, que hoy vivimos en la Iglesia de San Pedro en la persona de nuestro párroco, don Juan Hevia, que nos recordaba lo que días atrás oíamos a San Pablo en sus cartas: "Mi vida es Cristo? Soy prisionero de Cristo?" , y en ese camino estoy y ese es mi cometido, hoy en Pola, dentro de unos días en otras parroquias.

Después de lo vivido estos cuatro años, después de esta novena y este día apoteósico de humanidad, humildad y fe, sé que es mucho lo que ha hecho por todos nosotros y por la difusión de la Buena Noticia, basta para ello acudir a lo vivido hoy, que no se improvisa, sino que se vive desde la vivencia de la fe, y es que nadie da lo que no tiene. ¡Que el Señor siga enviando operarios a la mies de su nobleza y categoría! ¡Que el Cristo de Santana le proteja y nos proteja ¡

¡Muchas gracias!

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