Hace dos semanas que el presidente del Principado de Asturias anunciaba “el cierre de las actividades económicas no esenciales”, durante 15 días, lo que es lo mismo que dejar a miles de asturianos sin trabajar.
Sigo sin entender cómo este anuncio no vino con unas medidas económicas que ayuden a salvaguardar la supervivencia del tejido empresarial y tuvimos que esperar más de 10 días.
Esperemos que esta vez no se tarde en cobrar tanto como la famosa ayuda de los 400€ que, a día de hoy, hay muchos autónomos que todavía no la han cobrado, al igual que los famosos ERTE.
Hablar del cierre de actividades económicas no esenciales me parece, cuanto menos, carecer de empatía, algo tan importante para poder cumplir el “no vamos a dejar a nadie atrás”.
Quiero recordar que con los sectores obligados al cierre se resienten todas aquellas empresas relacionadas directa o indirectamente, pues parece que olvidamos que las empresas del sector comercio, hostelería o turismo no sólo venden, sino que asimismo son clientes de muchas otras, quienes también necesitan ayudas.
Si queremos que pymes, micropymes y autónomos que todavía hoy sobreviven, sigan con la persiana levantada a inicios de 2021 y que se salvaguarde el empleo, no podemos permitirnos como sociedad dejar abandonadas a nuestras pymes, micropymes y autónomos que son aproximadamente el 96% del tejido empresarial asturiano. Las ayudas tienen que llegar antes de volver a subir las persianas otra vez. El gran problema es la falta de liquidez y circulante.
¿Hasta cuándo van a estar cerrados los negocios? No podemos seguir viviendo con esta incertidumbre, se tienen que tomar medidas económicas urgentes, reales y por supuesto inmediatas, y que no dejen atrás a ningún sector. Las medidas urgentes, reales e inmediatas sólo serán efectivas si llegan a tiempo porque la liquidez es a las empresas como el respirar para sobrevivir.
Sin empresas no hay trabajo ni futuro para esta región.
