Cuando me dispongo a escribir, es el día primero de enero del 2021. Son las nueve de la mañana, tras la primera lectura de LA NUEVA ESPAÑA, mi hora preferida para hacer gimnasia mental a través de la lectura y/o escribir, cuando en invierno la noche deja gentilmente paso al día. Luego a misa de once, en la que el párroco don Joaquín Serrano expresa sus mejores y más profundos deseos para el año que acaba de comenzar. Acto seguido, corriendo a casa para asistir al Concierto de Año Nuevo en Viena, cita anual ineludible. No hay mejor manera de empezar el año. Aprovecho para recordar que Ana Obregón no es la única madre de España que ha perdido un hijo joven. Que cada palo aguante su vela. Ha sido un error mayúsculo de la 1 de TVE, que exhibieran su compungida emoción en el último minuto del año 2020. Yo qué quieren que les diga, me quedé con Cristina Pedroche, de Vallecas; hermosa, sencilla y humilde donde las haya.
En la calle el silencio es sepulcral, ni coche ni peatones pasan por Luis Braille, y al menos, de momento, no llueve, como ocurrió en la tarde de Manzanero. Como nos consideramos un tanto románticos y puesto que estamos en unas fechas muy sentimentales, permítaseme que haga una excepción en esta crónica semanal, con la que me comprometí hace cerca de cinco años. El caso es que deseo dedicar un recuerdo al “rey del romanticismo”, es decir, Armando Manzanero, que falleció el pasado 28 de diciembre, lunes, precisamente el día de los Santos Inocentes. Era mexicano de nacimiento, músico, compositor, cantante, pianista, actor y productor discográfico y cantautor, que cultivó primorosamente los boleros. Se trata de un género musical de origen cubano, muy popular en todos los países hispanoamericanos. Como afirmó Alfonso González Pérez el pasado miércoles, en LA NUEVA ESPAÑA, el bolero forma parte de nuestra educación sentimental.
Había nacido en Mérida, Yucatán, el 7 de diciembre de 1935. En su balance musical, se puede decir que escribió más de 400 canciones, hasta el punto que sus temas le atribuyen “Rey del romanticismo”. Entre los considerados como 30 principales boleros, se encuentran en el número 7, “Esta tarde vi llover” y en el 12, “Adoro”. Quien no habrá bailado, cantado o tarareado algún bolero de Manzanero; y eso otro “Contigo aprendí”. Pero su producción no sólo fue numerosa en la composición musical, también sumó siete hijos y 15 nietos, todo un patrimonio familiar.
Original nacimiento navideño.
Son muchos los viandantes que se paran ante el escaparate de la librería Sobia, en la calle Leopoldo Lugones, 13, atendida por una muy sonriente y agradable joven llamada Reyes. En dicho escaparate se puede comprobar la imaginación de Beatriz García Arbesú, con residencia en El Carbayu, que presenta un nacimiento compuesto de unas 50 figuras realmente originales. ¡Enhorabuena!
Acto de brindar.
Como estamos especialmente en días de brindar, digamos que este acto se originó en el siglo IV antes de Cristo, pero se realizaba por razón bien distinta. En la antigua Roma para asesinar a alguien era usual que se envenenaran las copas. Otra teoría afirma que en la antigua Roma se decía que del vino disfrutan todos los sentidos menos el oído. Con el chocar de las copas este sentido también participa del gozo de la bebida.
Lucía Noval Casielles.
Es un hecho que las mujeres están tomando posiciones para acabar desbancando a los hombres de los principales puestos de la sociedad. Lucía Noval acaba de ser nombrada presidenta de la Sociedad de Festejos de la Pola: El Carmín, Huevos Pintos y Comadres. Sustituye a Jenaro Soto, que durante su largo mandato aguantó carros y carreteras. Cuando Manolito “El Pegu” decida dejar el cargo de presidente de la Sociedad de Festejos “El Carbayu”, en su sustitución apostamos que será también una mujer. Al tiempo.
Perlas de la sabiduría.
Es más fácil variar el curso de un río que el carácter de un hombre (proverbio chino).
