Cuando a las diez de la mañana de ayer, los manifestantes comenzaban a agruparse en la Plaza de Colón, ya conocían el duro ajuste y los nuevos recortes que acababa de anunciar Mariano Rajoy, en el Congreso de los Diputados. Los mineros habían recibido esa misma madrugada el apoyo de miles de madrileños durante su marcha nocturna hacia la Puerta del Sol. El ambiente ya era propició para que la manifestación por el Paseo de La Castellana fuese multitudinaria. Y la intervención del Presidente del Gobierno acabó por encender los ánimos. Quizá sin pretenderlo o por que resultase inevitable, Rajoy prendió la mecha de la protesta social al paso de los mineros.

La consecuencia fue que miles de personas, ajenas a la minería, se sumaran a la manifestación para apoyar sus reivindicaciones, pero también las suyas propias, y contra los ajustes del Gobierno. A la «marcha del carbón» llegaron funcionarios de la administración, obreros en paro, profesores y hasta grupos de médicos y científicos... La mecha prendió y, en la tarde de ayer, unas seiscientas personas protestaban en Barcelona contra los ajustes y en apoyo de la minería. Por la noche, grupos que habían estado respaldando la manifestación madrileña, se concentraban en la Puerta del Sol y eran disueltos con cargas de los antidisturbios.

En su intervención en el Congreso, Rajoy no hizo mención alguna a los mineros. Sí lo hizo el líder de la oposición, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, quien pidió al Gobierno que negocie con sindicatos y empresas. También el coordinador de IU, Cayo Lara, enfundado en una camiseta de apoyo al sector, puso sobre el estrado las reivindicaciones del carbón.

El Paseo de la Castellana fue el lugar idóneo para poner el mejor broche a 20 días de caminata desde Asturias, León y Aragón. Decenas de miles de personas, medio millón según los organizadores, y 10.000 según la Policía, formaron el grueso de la columna de manifestantes. Los máximos líderes de UGT y CC OO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toso, advirtieron ya que las movilizaciones continuarán, no acabaron ayer.

Las protestas no han conseguido arrancar ni más dinero para las minas ni siquiera la posibilidad de abrir una nueva negociación. El Ministro de Industria, en un tono filosófico, afirmaba mientras los mineros se manifestaban que es «metafísicamente imposible dar más dinero». Y esta es la cuestión que se presenta: ¿Y ahora qué?