Las especies foráneas pueden contribuir de manera positiva en ciertos ecosistemas, a pesar de que tradicionalmente son vistas como una amenaza para la conservación de la biodiversidad. Así se resume la investigación encabezada por científicos de la Universidad de Oviedo pertenecientes a la Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad (UMIB), con sede en el edificio de investigación del campus de Mieres, en colaboración con expertos de la Universidad de Canterbury en Nueva Zelanda. Este grupo ha demostrado que, en el caso de ciertas aves de origen europeo, su contribución es positiva a través de un efecto de "relevo ecológico", ya que asumen el papel de las malparadas aves autóctonas como dispersoras de semillas. Es el caso de los zorzales y los mirlos.

El trabajo ha sido realizado por Daniel García y Daniel Martínez, investigadores de la UMIB, junto a Daniel Stouffer y Jason Tylianakis, de la Universidad de Canterbury. Las conclusiones del trabajo acaban de ser publicadas en la prestigiosa revista "Journal of Animal Ecology". El proyecto de investigación, denominado "Redes ecológicas en peligro. Interacción plantas y flugívoros bajo el cambio global", está auspiciado por el Ministerio de Economía y Competitividad de España y la Royal Society of New Zealand.

La opinión generalizada sostiene que las especies foráneas siempre tienen un efecto negativo en los ecosistemas porque las invasiones biológicas llegan a extinguir a muchas especies autóctonas. Durante cuatro meses los investigadores observaron aves comiendo frutos carnosos de plantas nativas en bosques de la Isla Norte y la Isla Sur en Nueva Zelanda. Estos datos se analizaron mediante una novedosa técnica que representa las interacciones ecológicas entre aves y plantas a modo de redes sociales. En los bosques donde los mirlos y los zorzales son abundantes, estos se muestran capaces de comer prácticamente cualquier fruto que encuentran a su disposición. De este modo, la mayoría de los árboles de fruto carnoso, que son los dominantes en los bosques neozelandeses, ven diseminadas sus semillas, y continuado su ciclo natural de regeneración.