No es miedo, es otra cosa. Es sangre, cuchillos, amor, odio, familia, carne, angustia, agobio, máscaras, respiración, heridas, inseguridad, tortura, medicina, cócteles, fuego, oscuridad, dolor. Mucho dolor. Así se puede definir lo que es "Nana", la nueva obra de la compañía "Con Alevosía Teatro". Una obra que no se representa en un teatro, en el que la gente no se sienta en una butaca en ningún momento, y cuya historia empieza mucho antes de que comience la representación y acaba mucho después de que termine.

En "Nana", "Con Alevosía Teatro" juega con los miedos de los espectadores. Unos espectadores que no pueden permanecer pasivos ante lo que contemplan, porque la propia estructura de la obra los obliga en todo momento a estar en movimiento, a patearse y explorar los escenarios -un lugar secreto para los que no han asistido, y que sólo se desvela en el último momento-, en recorrerlos con cuidado, y siempre con el temor a cuestas. ¿Qué es lo que va a pasar? No es tanto el miedo a la muerte como el miedo al dolor, a la irracionalidad, al encierro, a la falta de libertad. Nana siempre obliga a estar en tensión y quien participa en ella siempre percibe alguno de estos horrores.

La representación, eso sí, no puede comenzar de forma más distendida. Tras desvelarse el misterio de su ubicación, los asistentes se ven envueltos en un ambiente con música jazz muy suave, con un camarero -un poco tétrico, eso sí- que reparte cócteles entre ls espectadores. Aquí ya empieza a jugarse con los estados de ánimo y de lo que parece que puede ser un entorno sosegado se pasa a un ambiente mucho más duro con un simple cambio de música -del jazz al black metal-. A partir de aquí no puede contarse mucho más porque uno de los puntos fuertes de la obra es la sorpresa, el no saber a qué se hay que atener. Sólo hay que decir que hay escenas de todo tipo, que todos los actores se ven muy exigidos físicamente, que el lugar en el que se representa, un espacio real y sin apenas modificar para la obra es ideal para desarrollar pensamientos terroríficos y que, además, hay sorpresas. Al final, además, se siente una última inquietud, un último juego con los temores de los espectadores.

"Nana" lleva representándose varias semanas en Laviana, y poco a poco ha ido ganándose el favor del público. El viernes, alrededor de cuarenta personas -por motivos de espacio no pueden ser muchas más- acudieron a conocer a Nana y su familia. Porque Nana es un personaje, central en la obra, cuyas decisiones acaban desencadenando el horror en el que acaban viéndose involucrados los asistentes. Las próximas representaciones de la obra se realizarán el 13, 14 y 15 de agosto.

Un último dato para describir sin destripar la obra de "Con Alevosía Teatro". Para redactar este reportaje hizo falta que acudieran a la representación dos periodistas, porque uno de ellos no pudo ni contarlo.