La heroína, una droga cuyo consumo había caído de forma notable década, vuelve pisando fuerte a las Cuencas. Los profesionales que tratan a personas que sufren adicciones aseguran que la recesión económica ha incrementado el mercado de esta sustancia. Consideran que la venta de heroína crece, principalmente, por dos razones: su precio, relativamente bajo en comparación con otras sustancias, y el efecto sedante que produce.

Lo aseguran los expertos y también las estadísticas. La "Unad" (Unión de asociaciones y entidades de atención al drogodependiente) acaba de elaborar un estudio que incluye un muestreo elaborado en las Cuencas, ofrecido por el Centro de Rehabilitación en Drogodependencias (RED) que gestiona la asociación "Buenos Amigos". El informe establece que la heroína es ya la segunda droga más consumida por las personas que piden ayuda, sólo por debajo del alcohol. En concreto, un 28 por ciento de los encuestados pidieron ayuda por su adicción a esta droga.

La psicóloga del RED, Elizabeth Ortega, alerta del incremento en el consumo de la sustancia. Según la experta, "encontramos muchos casos en los que los consumidores optan por la heroína por su precio". Es una droga más asequible que la cocaína, la sustancia "reina" durante los años previos a la recesión económica. La experta dejó claro que esto no significa que la cocaína sea un problema del pasado: "Sigue teniendo un consumo muy alto, especialmente combinada con el alcohol".

El estrés y el agitado ritmo de vida que ha traído la crisis, con empleos inestables y dificultades económicas, también influye en los hábitos de las personas que sufren una adicción. Ortega explicó que "hasta hace unos años, las drogas más consumidas eran excitantes". La cocaína y las sustancias de diseño lideraban los casos que llegaban a las sesiones de terapia del centro de rehabilitación mierense. Un alto porcentaje de personas con un historial previo de consumo optan ahora por sustancias relajantes, como es el caso de la heroína.

El cambio en las sustancias más demandadas también ha modificado las estadísticas sobre el método de consumo. El estudio de "Unad" recoge que un 21 por ciento de las personas que acuden a terapia consumen la droga por vía intravenosa. Un porcentaje casi idéntico lo hace esnifando la sustancia y un 32 por ciento fuma o inhala las drogas. Un 23 por ciento busca ayuda por drogas de ingesta oral.

La crisis, según los expertos, también ha derivado en un incremento del uso de ansiolíticos y antidepresivos, que se ha disparado durante los últimos años. En algunos casos se consumen sin receta, y en otros con una prescripción errónea: "Hay pacientes que acuden a consulta con una adicción previa al alcohol y sólo refieren los síntomas psicológicos que tienen", afirmó Ortega. La combinación de estas medicinas con el alcohol puede ser muy peligrosa y generar daños a corto, medio y largo plazo.

Crece el consumo de algunas sustancias pero, con crisis o sin ella, la batalla más dura de los centros especializados sigue siendo contra el alcohol. La mayor parte de los usuarios de "Buenos Amigos", más del 80 por ciento, son politoxicómanos (con adicción a varias sustancias) y el alcohol es casi siempre la base del problema de todos ellos. El principal obstáculo para prevenir el alcoholismo, afirman los expertos, es su aceptación social.