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Un inversor muestra interés por Mieres Tubos, que confía en recuperar la actividad

Los sindicatos afirman que la negociación con los accionistas avanza, y la plantilla aplaza la convocatoria de movilizaciones

Entrada a la factoría de Mieres Tubos, en Sueros. FERNANDO GEIJO

Buenas expectativas para la empresa Mieres Tubos, puesta en marcha por el grupo Condesa (antigua Perfrisa) y sin actividad desde hace dos años. Los sindicatos confirmaron ayer que las negociaciones con posibles accionistas avanzan favorablemente y ven posible que se retome la actividad a medio plazo. Con este nuevo escenario, la plantilla -formada por setenta trabajadores- ha aplazado la convocatoria de movilizaciones que tenía previsto emprender por la "falta de iniciativa" de los propietarios de la factoría.

La crisis de la planta, ubicada en Sueros, empezó hace dos años. Fue entonces cuando Condesa entró en preconcurso de acreedores y anunció a la plantilla de Mieres que estaba trabajando en la búsqueda de una solución. Les pidieron "confianza" hasta que se solventara un problema que, en un primer momento, parecía puntual. Pero no fue así y el grupo empresarial presentó un plan industrial que marcaba una serie de pautas para su desmembración. Fijaba que el grueso de las factorías pasaran a manos de los bancos acreedores y de Arcelor-Mittal. Pero Mieres Tubos, reflejaba el documento, quedaría bajo el control de la familia Uribarren.

La propuesta, que tuvo que presentarse ante la Unión Europea, salió adelante el pasado mes de enero. La situación se tornó muy complicada para Mieres Tubos, ya que la familia Uribarren confirmó a los representantes de los trabajadores que no estaba en posición de "poner a funcionar la fábrica". Los sindicatos reclamaron entonces la búsqueda de inversores para volver a la actividad, obstaculizada por la falta de fondos para la compra de materia prima.

La fábrica de Sueros se dedica a la fabricación de barreras metálicas de seguridad y tubos de conducción y para invernaderos. Las últimas reuniones mantenidas entre los propietarios, sindicatos y posibles accionistas arrojan luz sobre su futuro: "Están interesados y tenemos muchas esperanzas en alcanzar un acuerdo", afirmaron ayer fuentes sindicales. Si el convenio llega a buen puerto, la actividad podría retomarse en unos meses.

Las negociaciones marchan a buen ritmo, mientras que los trabajadores esperan en casa. Los representantes de la plantilla firmaron hace unas semanas un nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) hasta finales de año. La propuesta no tuvo buena aceptación entre la plantilla, que protestó contra la "falta de iniciativa" de los propietarios de la factoría. Amenazaron con emprender un calendario de movilizaciones. La sombra de las protestas sigue sobre la mesa, ahora aplazada por las buenas noticias. Aún llegando a buen puerto la negociación, la plantilla asegura que la larga agonía de la empresa está suponiendo "un importante sacrificio social y económico".

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