Veintiún años se cumplieron ayer de una de las mayores tragedias de la minería española: el accidente en el pozo San Nicolás -Nicolasa- de Mieres, en el que fallecieron 14 trabajadores. Una explosión de grisú fue la causante de la mayor catástrofe en el sector del carbón en décadas.

El pasado año, más de 300 personas participaron en el homenaje organizado por la empresa Hunosa para recordar a los 14 trabajadores fallecidos. Familiares, amigos y compañeros de los mineros asistieron a la plaza del pozo mierense, donde se instaló una placa en su memoria.

Luis Antonio Espeso Mencía, Eugenio Martín Curieses, Francisco Javier González Merino, Jesús Trapiella García, José Ignacio del Campo Bernardo, Juan Manuel Álvarez Fernández, Eduardo Augusto Alves, Elías Otero Fernández, Manuel Ángel Fernández Bueno, Anatolio Lorenzo Pedrosa, Vlastimil Havlik, Miroslav Divoky, Michal Klenot y Milan Rocek fueron las víctimas de un suceso que aún hoy, veintiún años después de la tragedia, no se ha esclarecido al cien por cien. Eso sí, los 14 de Nicolasa dejaron un importante legado a las generaciones venideras: el impulso de investigaciones y mejoras en materia de seguridad para reducir al máximo el riesgo de accidentes en la mina.