Genaro Fueyo, el beato de Congostinas, reposa desde ayer en la iglesia del pueblo. El notario del arzobispado de Oviedo, Alejandro Soler, fue el encargado de transportar las reliquias hasta la localidad lenense, donde se celebró una "acción de gracias" encabezada por el Arzobispo, Jesús Sanz Montes. El prelado destacó la figura de Fueyo, que fue asesinado en Nembra (Aller) durante la revolución de 1934, como "un hombre entregado, con un gran compromiso social por la familia minera".

La llegada de las reliquias del beato fue celebrada ayer en Congostinas como una fiesta. Los familiares de Genaro Fueyo no podían ocultar su alegría. Entre ellas Amparín Alonso y Enedina García, sobrinas nietas del religioso asesinado. "Han sido muchos años peleando porque llegara este día, mi madre, que era su sobrina, siempre nos decía que iba a morir sin ver a su tío en Congostinas, y así fue", apuntaba Alonso. Las reliquias se guardarán en la parroquia, en uno de los altares laterales, donde se ha habilitado una hornacina. "Dicen que antes había aquí un rosario, pero yo siempre he visto una puerta ciega en este espacio", señalaba la sobrina nieta del beato. La mujer también destacó la imagen de Genaro Fueyo que se ha colocado en la parroquia. "Es una fotografía que tenía mi madre en casa, pero yo creo que está mucho mejor aquí en la iglesia junto a sus restos", subrayó.

El "acción de gracias" estaba previsto para las seis de la tarde, aunque la parroquia ya permanecía llena de vecinos y familiares mucho antes. El primero en llegar fue el notario del Arzobispado, que trajo consigo las reliquias y las depositó en la sacristía. Después llegó el Arzobispo, quien primero fue a ver las reliquias, que se trasladarían más tarde a la entrada de la iglesia para desfilar en procesión hasta el altar. A su llegada a Congostinas, el prelado señaló que llegar a este pueblo "es venir donde fue bautizado don Genaro, una historia que comenzó en esa pila bautismal y siguió su recorrido como sacerdote en Nembra, donde dejó el mejor testimonio de un hombre entregado, no únicamente como sacerdote intentando ayudar a su pueblo a través de la religión, los sacramentos y la palabra de Dios, sino con un gran compromiso social por la familia minera". El Arzobispo aseguró estar "conmovido" por este día, "y poder encontrarme con este pueblo y su gente".

Una larga reivindicación

La llegada de las reliquias de Genaro Fueyo a Congostinas ponen fin a una dura batalla de sus familiares, quienes siempre han reclamado que una parte de sus restos se quedaran en su parroquia natal. También se luchó mucho por la beatificación, al igual que la parroquia de Nembra y los familiares de los otros tres beatos (los mineros Segundo Alonso e Isidro Fernández; y el joven Antonio González). La beatificación se celeberó el pasado 8 de octubre en la Catedral de Oviedo, tal y como recordó ayer el Arzobispo en Congostinas. Jenaro Fueyo es el primer sacerdote asesinado durante la Guerra Civil que ha sido beatificado por la Iglesia.

Los cuatro beatos formaban parte de la Adoración Nocturna, una agrupación que dedicaba una noche al mes a la oración. Tanto el sacerdote como Segundo Alonso, Isidro Fernández y Antonio González eran muy queridos en la parroquia.