En La Foz de Morcín, San Antón no bendice a las mascotas. No hay tradición. Pero ayer, en la fiesta que organiza la Hermandad de La Probe, todo lo demás sí parecía consagrado por el patrón. El pote de nabos, coincidieron todos los que lo probaron, sabía "a gloria". De postre, por si fuera poco, la mejor casadiella del mundo. Todos los dulces ganadores en el concurso "mundial" con cuatro categorías: estudiantes de hostelería, casera, profesional y morciniega. Ni el frío que amenaza a las Cuencas mermó la asistencia. A la hora de la misa, la iglesia casi estaba llena.

La jornada empezó temprano. Los vecinos despertaron con el pasacalles, a cargo de "La bandina Los Gascones", y la recepción de las casadiellas participantes en el VIII Concurso que convoca La Probe. "Estamos muy contentos con la alta participación, la fiesta cada vez es más conocida y se nota en el certamen", explicó Pepe Sariego, miembro de La Probe. Para abrir boca, los alumnos de la Escuela del Gremio de Artesanos Confiteros del Principado de Asturias cocinaban al aire libre dulces para repartir.

Los feligreses empezaron a llegar al mediodía. Una de ellas María Jesús Puente, viajó a La Foz con sus dos perritos recién nacidos: "Sabemos que no se bendicen, pero nos gusta traerlos a la fiesta de San Antón", explicó la mujer. Los "bautizó" ayer, mientras esperaban por el oficio en un bolso de mano: son "Antonio" y "Laprobe", dos pequeños de cuatro patas que llamaron la atención entre los asistentes.

El programa anunciaba que San Antón saldría en procesión antes del oficio. Por miedo a la meteorología, se alteró el orden de los actos. La misa concluyó y, a pesar de los rezos al patrón, la lluvia no paraba. Lejos de suspender el paso, la figura recorrió las calles de La Foz bajo un paraguas: "Si hay que proteger a San Antón, nosotros lo protegemos", bromeó Pepe Sariego.

La Hermandad de La Probe festeja a lo grande. Y si llueve, hay paraguas. Y si convocan un concurso de casadiellas, lo que se busca es la mejor casadiella del mundo. La Hermandad premió ayer a cuatro cocineros, cada uno en su categoría. La confitería Camilo de Blas de Oviedo, ganó entre los profesionales. Recogió el premio Cholo Martínez, presidente de La Probe. Sonia Zapico es la mejor cocinera de dulces caseros. Se atrevió a desvelar el truco de su receta: "Los ingredientes los mezclo a ojo, pero creo que donde tienen su punto lo que distingue a unas casadielles de premio es el punto de fritura. No hay que pasarse con el aceite y estar muy atenta". También desveló su secreto María Barredo, que cocinó la mejor casadiella en la categoría de estudiantes de hostelería (es alumna de la Escuela del IES Valle de Aller): "La masa tiene que estar crujiente y el relleno suave, jugoso", sentenció. El mejor dulce de Morcín lo cocinó Marigel García, presidenta de "So La Malena", pero no pudo asistir y recogió el premio Duli Fernández.

Ella y sus amigas llevaban ya un buen rato por La Foz. Y fueron las primeras en probar el pote de nabos que ayer repartió la Hermandad de La Probe entre los asistentes. "Está muy rico", afirmó Fernández.Y es palabra de experta, porque sabe cocinarlo desde que era una niña. Su amiga, María Jesús Álvarez, compartió la receta: dos capas de nabos en la olla, alternadas con otras dos capas de compango. "Tiene que cocer durante tres horas, como mínimo, y reposar un día entero. Al día siguiente se calienta". Así se consigue un pote que hasta San Antón lo bendice.