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El derribo del cuartel de Langreo durará tres meses y costará 100.000 euros

El gobierno local prevé acabar la obra en verano y dejar parte de la fachada en pie como mural de grafiti y para delimitar una zona de aparcamiento

Las instalaciones del antiguo cuartel de la Guardia Civil de Langreo. FERNANDO RODRÍGUEZ

El antiguo cuartel de la Guardia Civil de Langreo estará demolido en verano. Esa es, al menos, la previsión que maneja el Ayuntamiento, que afrontará el derribo para después remitir los costes a la Sociedad Mixta de Gestión y Promoción del Suelo (Sogepsa), como propietaria del inmueble. En el pleito entablado con la Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de la Seguridad del Estado (Giese), la Audiencia Nacional estimó que Sogepsa debía hacerse cargo del acuartelamiento, en virtud del convenio suscrito para construir una nueva instalación para la Guardia Civil.

"El miércoles ya se remitió el requerimiento a Sogepsa, pero tenemos su compromiso de que no recurrirán si el Ayuntamiento afronta la demolición de forma subsidiaria", explicó Jonatan López, edil de Urbanismo, para añadir a continuación: "La licitación del derribo puede llevar otro mes más y su ejecución tres más, con lo que la demolición podría estar resuelta en verano, aproximadamente en el mes de julio".

La intención del gobierno local es aprovechar los terrenos liberados por el derribo como zona provisional de estacionamiento. "En el pliego se especificará que debe mantenerse parte de la fachada como cierre perimetral del aparcamiento. Será un muro de unos dos metros de altura que delimitará la parcela y que, según los planes que maneja el área de Cultura, pude utilizarse como mural para grafitis", indicó López, que aseguró que el presupuesto de licitación del derribo será de 100.000 euros".

El viejo cuartel de la Guardia Civil lleva desalojado desde 2014. En marzo de ese año, los agentes fueron trasladados definitivamente al nuevo acuartelamiento, aunque dos años antes el destacamento de Tráfico había tenido que ser reubicado en las oficinas de la Policía Local al no poder desarrollar su trabajo en las dependencias ante los desperfectos existentes. El nuevo edificio ya estaba terminado pero su puesta en servicio se retrasó tres años ante las discrepancias entre Sogepsa y el Ministerio del Interior, los dos firmantes del convenio para la construcción del acuartelamiento ubicado en la calle La Unión. Ante los numerosos daños que registraba el edificio, incluso se tuvo que colocar una malla en las fachadas para evitar la caída de cascotes al suelo.

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