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Ana Canga, a la izquierda, se dirige a los padres en el desayuno organizado en el colegio Sagrada Familia de El Entrego.J. R. SILVEIRA

Una novedosa actividad del centro escolar de El Entrego

Canga: "Los padres temen convertir a sus hijos en bichos raros si no tienen móvil"

Una charla de la pedagoga sobre el uso de redes sociales y teléfonos por parte de los menores abrió los desayunos con familias del colegio Sagrada Familia

"Los padres y madres están muchas veces perdidos a la hora de controlar el acceso al móvil y a internet de los menores. No saben qué pueden hacer o no hacer; tienen miedo de invadir su intimidad, pero al controlarlo los están protegiendo". El mensaje es de la pedagoga Ana Canga y es una de las numerosas claves y recomendaciones prácticas que ofreció a los familiares de alumnos que ayer acudieron a la primera sesión de las "Charlas matinales entre cafés", un programa impulsado por el colegio Sagrada Familia de El Entrego que tiene como objetivo dialogar, en un tono cercano y distendido, sobre asuntos que preocupen a los padres.

La actividad de ayer contó con la participación de once padres que, después de dejar a sus hijos en clase, se dirigieron a una de las salas del colegio para disfrutar de una café, unas pastas y una ilustrativa charla. "Queríamos empezar con el tema del uso de los móviles y la conectividad porque es una cuestión que inquieta a muchas familias", esgrimió Canga, que es profesora del colegio de El Entrego.

La pedagoga puso sobre la mesa un dato revelador. "Las estadísticas dicen que el 40 por ciento de los niños menores de diez años tienen un teléfono móvil que consideran propio. Es una cifra que se ajusta a la realidad si lo sondeas en el aula", argumentó: "Tanto la Policía como la Fiscalía de Menores insisten en que no se utilice el móvil antes de los 14 años y, si se hace, que sólo puedan realizar y recibir llamadas. Hay que retrasar el uso de redes sociales y los móviles inteligentes hasta una edad adecuada y, a partir de ahí, ir flexibilizando el control ejercido por los progenitores a medida que el niño se va haciendo mayor".

Canga expuso algunas recomendaciones prácticas a las familias. "Hay que pautar los horarios y las zonas de la casa donde pueden utilizar el móvil. Por ejemplo, no dejar que lo usen por la noche o solos en su habitación. También hay que regular el tiempo que pueden pasarse con él y ahí es muy importante el ejemplo que den los padres porque los chavales tienden a imitar su comportamiento. Si estamos comiendo o haciendo alguna actividad en familia y los adultos no se separan del móvil, los niños harán lo mismo". Restringir el acceso a determinadas aplicaciones y páginas, instalar filtros parentales, tapar la webcam de tablets y ordenadores con parches para prevenir su uso por personas ajenas o asegurarse de que los perfiles de las redes sociales corresponden a amigos reales fueron otros de los consejos aportados.

Vigilar el uso que los menores hacen de los móviles es, según remarcó Canga, "una responsabilidad que los padres no pueden delegar". "A veces están perdidos porque no saben muy bien cómo comportarse. Sus hijos son nativos digitales y en ocasiones los padres tienen miedo de estar invadiendo su intimidad si restringen el uso del teléfono o las redes sociales. O incluso temen estar aislando a su hijo frente a otros menores o convertirlo en un bicho raro si no tiene teléfono".

La idea los responsables del colegio Sagrada Familia es programar charlas mensuales siguiendo el mismo modelo. "Esta vez teníamos a 21 padres y madres apuntados, pero quisimos dividirlos en dos grupos para que la actividad fuera más cercana y participativa. En próximas sesiones queremos hablar de otros temas que preocupan a las familias como el acoso escolar y las relaciones interpersonales o cuándo hay que decir no a nuestros hijos", argumentó Canga.

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