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ALFONSO ARAGÓN, "FOFITO" | Payaso, actúa en Mieres con "Aquellas meriendas"

"Los políticos se ofenden cuando les llaman payasos; a mí, en cambio, me encanta"

"Cuando salgo al escenario y me responden al: '¿Cómo están ustedes?', sé que el público ya es mío"

"Fofito", en una actuación en Oviedo. MARA VILLAMUZA

Descuelgan el teléfono.

- Buenas tardes, ¿puedo hablar con Alfonso Aragón?

-Sí. Pero llámame "Fofito", mujer.

Así es él. Alfonso Aragón Sac, "Fofito" (La Habana, 1949). Un hombre directo y con el don de tener siempre la broma justa a mano. Ríe mucho. Quizás es deformación profesional tras más de medio siglo haciendo feliz a la gente. Es el hijo de "Fofó" y sobrino de "Miliki" y "Gaby". A ellos se unió en "Los Payasos de la Tele" para que las risas no pararan en el cambio generacional. Ahora está inmerso en un nuevo proyecto: "Aquellas meriendas", un espectáculo que representa junto a su hija Mónica. Mañana, jueves, estará en el Auditorio "Tedoro Cuesta" (18 horas). Él avisa antes de llegar: habrá sobredosis de nostalgia, un concentrado para recordar aquellas tardes que sabían a chocolate y sonaba a "La gallina Turuleta".

- ¿Qué encontrará el público en "Aquellas meriendas"?

-Es un espectáculo basado en los musicales y las canciones que hacíamos en televisión. Nosotros salimos y animamos, pero es el público el que más participa.

- ¿Es una inyección de nostalgia?

-Sí. El nieto, que no me ha visto en televisión, se queda mirando al abuelo y al padre. Y se sorprende de lo bien que se saben las canciones. "Don Pepito", "La Gallina Turuleta", las mismas canciones que ahora están aprendiendo en el cole. Cantan tres generaciones con nosotros.

- ¿Supusieron "Los Payasos de la Tele" un antes y un después en el mundo del circo?

-Era un mundo muy apagado, hablando claro. Los únicos que tenían visibilidad eran los "Hermanos Tonetti". A raíz de que "Los Payasos" salieran en Televisión Española, surgieron más circos.

- ¿Cómo está ahora el sector?

-Está cambiando mucho. Se pide, por ejemplo, que no haya animales. Y claro que se puede hacer un circo sin animales. Muchos compañeros de circo han accedido a quitarlos.

- ¿Le gustan los nuevos espectáculos circenses, como "El Circo del Sol"?

-Por supuesto que me gustan. Tengo amigos trabajando ahí y dicen que es una pasada. Desde que firmas hasta que lo terminas, lo tienen muy organizado. Yo estaría loco por firmar una temporada así.

- ¿Está por llegar el mejor momento de su carrera, o cree que ya ha pasado?

-Fueron, son y están por llegar. Lo mejor de mi trabajo es trabajar con niños. Llevo más de cincuenta años pisando escenarios y todavía me siguen sorprendiendo. Porque participan y, cuando les haces una pregunta, a menudo te salen por peteneras. Yo hay veces que, la verdad, no sé ni qué responder.

- ¿Son un público exigente?

-Cuando llevas tanto tiempo, sobre tantos escenarios, tantas plazas de toros, tantos teatros... te amoldas a todos los públicos. Si hay poco público, trabajamos para ese poco público. Y lo disfrutamos. Si hay mucho público, trabajamos para ese público numeroso. Y lo disfrutamos. Lo cierto es que, sean muchos o pocos, mayores o pequeños, siempre tenemos una acogida buenísima. No hay público difícil. Después de los espectáculos abrimos un punto de venta para recaudar fondos en la lucha contra el cáncer infantil. Puede creerme que siempre se forma cola.

- ¿Le gusta trabajar con la familia?

-Es una experiencia muy bonita, no la cambiaría por nada. En este espectáculo, sobre el escenario manda Mónica. Pero en el vestuario y en los viajes, manda papá (ríe). Pasamos tanto tiempo juntos que, a veces, se agota el tema de conversación. Cuando ya estamos un poco cansados el uno del otro, ponemos música.

- ¿Y qué música le gusta a "Fofito?

-Yo me he criado en el Caribe, y me gusta la música de allí. La salsa, la bachata? todo lo que se bailaba en aquellos momentos. Me pongo como loco cuando escucho "Azúcar". A Mónica le gusta la música moderna. Me dice "pero bueno, papá, ¿tú no conoces a este cantante? Es famoso". Y le respondo la verdad: que no.

- ¿Es la risa la mejor medicina contra la crisis?

-Lo que nosotros intentamos siempre que estamos sobre el escenario es que el público se olvide de los momentos que estamos pasando. Es una situación difícil y se vive en todo el mundo. Nosotros somos privilegiados. Puede que comamos lentejas y no comamos solomillo, pero tenemos para comer.

- ¿Le gusta que le llamen "payaso"?

-A mí me encanta que me llamen payaso. A los políticos, en cambio, se lo dicen y se ofenden. La vida es así.

- ¿Qué les debe a "Los Payasos de la Tele"?

-Todo lo que sé, absolutamente todo, se lo debo a ellos. Todo lo que sé ahora me lo han enseñado mi padre, mis tíos, mi familia. Sabemos viajar y hacer disfrutar gracias a ellos.

- Su secreto mejor guardado para hacer reír es...

-Uno de los secretos está en la mímica. Se puede llegar a hacer una parodia buenísima con la mímica y un foco. Sólo eso, y la gente "jajaja". También el maquillaje.

- ¿Qué es lo mejor de ser payaso?

-Lo mejor es ese momento en el que te estás pintando y te empieza a temblar todo el cuerpo. Te preguntas si harás reír. Pero entonces sales, gritas "¿Cómo están ustedes?", y te responden. Entonces piensas "ya está, ya son míos".

- ¿Y lo peor?

-Hacer la maleta. Y las lavadoras cuando llegas. Mi señora siempre me tiene preparada una maleta para seguir viajando.

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