"En lo más local, lo más íntimo, encontré lo universal, la llave maestra". Así explicaba Víctor Manuel la clave de su éxito musical. Y lo hizo como una pincelada en un emotivo pregón en el que repasó su vida en Mieres, que dejó en 1964 para instalarse en Madrid con el anhelo de "facer unes perres y poner una cafetería". De momento, "esi chigre" sigue esperando y él continúa descubriendo el mundo detrás del picu Siana o el picu Gua. Víctor Manuel abarrotó ayer la plaza del Ayuntamiento. Los asistentes buscaban la sombra ante un sol abrasador. Poco después de las siete de la tarde, la cantante Lorena Corrripio abrió el acto con "Viva les mines d´Asturies". Víctor Manuel fue recibido con una gran ovación. Comenzó su pregón haciendo referencia a su casa de nacimiento, "del lau de allá del puente La Perra". Y contó el porqué de su nombre: "¿Cómo se va a llamar esti nenu?, preguntó la comadrona Amor. Víctor, como su güelu. ¿Y por qué no i ponéis Víctor Manuel como el rey de Italia? Y así me quedé".

Recordó Víctor Manuel a sus "güelos maternos, María y Víctor", y también a Eloína, su otra güela, viuda de Ángel, y sobre cuya historia "escribió una obra de teatro emocionante mi primo Carlos Barros". También de cómo su padre le daba "unes pesetes para que comprase rifes de la Xata San Xuan", que identificaba como el prolegómeno de las patronales . Y que, por cierto, nunca le tocó la xata, confesó más tarde. Víctor Manuel aprovechaba de lo lindo aquellas fiestas y describió las atracciones de entonces: "Armaben una plaza de toros, también alguna noche había combates de lucha libre y aparecía el teatro argentino". No se olvidó del circo de los "Hermanos Tonetti". Y rememoró que estudiaba muy mal, tanto en el colegio, como en la Academia Lastra, donde le cantó a una profesora. Hubo hueco para mencionar a sus amigos del club "La Cucaracha", que fundó con otro medio centenar de chavales en la casa rectoral.

Su traslado a Madrid iba a ser temporal. "Pero se fue estirando y esa nostalgia del paraíso perdido fue traduciéndose en canciones que solo hablaban de Asturias, del mi güelu, de les nenes que me gustaben, de la mina", contó. "En lo más local, lo más íntimo, encontré lo universal, la llave maestra, y sin pretenderlo", continuó para explicar al éxito de sus canciones.

Se acordó de su familia. En este momento se emocionó, comenzó a llorar y tras una gran ovación pudo seguir con un nudo en la garganta: "Lo que te ancla a la tierra son los muertos y yo téngolos a todos aquí: güelos, padres, tíos, primos... Unos en Siana, otros en la Belonga y otros en la fosa común del cementerio de Oviedo". Víctor Manuel aseguró que cuando en México le leyeron el poema del que salió su famosa canción "Asturias", "no imaginaba que años después se convertiría en himno vuestro, que formara parte indisoluble de tantos asturianos". Y entonó sus primeros versos, coreado por los asistentes.

"Pude haber nacido en México y ser José Alfredo Jiménez, o en Cataluña y ser Serrat, o en Úbeda y ser Sabina, pero por fortuna, no pude nacer en sitio mejor". "¡Vivan les fiestes de San Xuan! ¡Viva Mieres del Camín! ¡Puxa Asturies!, cerró Víctor Manuel ante un entregado público.